viernes, octubre 13, 2006

Three Times (Tiempos de Amor, Juventud y Libertad)

Zui hao de shi guang
Dir. Hou Hsiao-Hsien

Taiwán / Francia 2005


1966, Kaohsiung: Un Tiempo para el Amor.

A los billares donde Chen suele ir a jugar unas partidas de vez en cuando llega una nueva chica a trabajar, May. Ambos se atraen, pero Chen debe irse a hacer el servicio militar; prometen escribirse. Un tiempo después, durante un permiso, Chen vuelve para visitar a May, descubriendo que se ha marchado a trabajar a otra ciudad. No cejará en su empeño hasta dar con ella.

1911, Dadaocheng: Un Tiempo para la Libertad.

Historia de amor imposible entre un diplomático y una cortesana durante la invasión Japonesa de Taiwán. Las circunstancias de ambos y el momento histórico que viven impiden su relación.

2005, Taipei: Un Tiempo para la Juventud.

Jing es una extravagante cantante de trip-hop que engaña a su novia con Zhen, un fotógrafo, el cual hace lo propio con la suya. Ambos se enfrascan en una relación de amor disipado.



* Three Times es cine artesanal e intimista, cuya modestia y sencillez embellecen aún más las imágenes que desfilan ante el espectador. Nos ofrece tres historias de amor en tres épocas diferentes, respondiendo supuestamente tales relaciones al momento y las circunstancias; aunque la verdad es que siendo tan intimista la propuesta es difícil captar los detalles de esa correspondencia. Se nos arroja de tal forma dentro de la privacidad de los protagonistas, de la intimidad de sus relaciones, exponiéndonos de manera tan franca y natural sus sentimientos y emociones, que no existe más que el mundo delimitado por esa relación y su experiencia personal. Uno tiene la sensación de ser quien empuña la cámara, o de ser el personaje presente, pero que nunca aparece en imagen, teniendo más importancia que cualquiera de los demás, de los que rellenan planos alrededor de la pareja protagonista. Me ha extrañado que en ningún momento la pareja se haya dirigido a mi, me haya observado, o me haya hecho confidencia alguna.


* La película nos habla del amor platónico, del imposible, y del disipado y la infidelidad, y no solo cada relación va a concernir al contexto temporal en que se sitúa, si no que a este atañe también el tratamiento estilístico que se le de a cada episodio. Tienen los tres en común la sensibilidad con que se trata a los personajes y sus relaciones.
Las historias se sitúan a principios y mediados del siglo pasado, y en la actualidad.

* También tienen en común las tres historias la parquedad de sus decorados. La primera gira prácticamente en torno a una mesa de billar; la segunda se sitúa en unas pocas estancias, habitaciones, que bien podrían ser la misma tomada desde diferentes ángulos; y la tercera, no ahorra tanto en enclaves, pero supone la misma apuesta por la austeridad. Esta privacidad con los personajes nos los hace más cercanos, y consigue imbuir el ambiente del ánimo y los sentimientos que embargan a los protagonistas, sin que nada de lo que nos intentan transmitir se escape por fisura alguna.

* Todo el film tiene un ritmo cadencioso y templado, de una balsámica serenidad, donde fluye una narración, en clave no de acción, sino sentimental; en el primer episodio, durante más de 20 minutos la historia, si historia pudiésemos llamarle, transcurre en una sala de billar, con algún que otro perezoso movimiento de cámara, donde se nos presenta a los protagonistas. Me impresiona como la película invita al espectador a ir generando su propia historia sobre los personajes, dándole de vez en cuando señales y llamadas de atención para que no se descarríe demasiado, y esto a base de unos pocos planos de una sencillez apabullante. Es el espectador quien debe rellenar los huecos narrativos que siembra la película, y uno de los cometidos del director es guiarnos para no salirnos por la tangente y perdernos. Es necesaria cierta complicidad con la película, cierta empatía para intuir lo que no se nos cuenta. Cine constructivo.
El contenido emocional de la historia que me forjo me lo dan las acertadas interpretaciones, acertadas excepto la de Qi Shu (la protagonista), que es sencillamente exquisita. Transmite todo sin apenas despegar los labios, e incluso, como en la segunda historia, a despecho de los propios diálogos; como si estos no fuesen con su personaje, o más bien, con lo relevante para este, que no es otra cosa que la relación que desearía con su compañero, y la incertidumbre que la rodea.

* Otro de los aspectos que me han encantado es el hecho de que para ir exponiendo las historias, e introducirnos en las relaciones, no se recurra a interminables diálogos. Dado lo contenido de la acción y el pulso narrativo, sería un recurso corriente, pero serán las imágenes y la fisonomía de los protagonistas las que hablen por si solas, transmitiendo más que el texto más extenso. Incluso en la segunda historia, que da mucha más cabida a los diálogos entre los personajes, la comunicación no verbal, el lenguaje de la expresión física, es el que despliega toda el contenido emocional del relato. Pues en esta segunda historia los diálogos están más encaminados a ser un complemento que recree un marco histórico, que a exponernos la privacidad de la pareja (por cierto, es la misma en las tres historias).
Curioso en esta segunda historia es que, situándose a principios del siglo pasado, el episodio es a color, pero mudo y con rótulos para los diálogos, lo que viene, con lo anterior, a resaltar aún más la importancia del lenguaje físico, del movimiento, aquel que narra con gestos, miradas, ademanes, etc.

* Mi episodio favorito es el primero, quizá por su lirismo sin artificio, y por supuesto, por los lugares y bondades comunes a los tres, y que he ido señalando. Es el que de manera mas llana y cordial nos introduce en la órbita emocional de los protagonistas. En el segundo nos encontramos cierta variación sobre la misma propuesta; cambia la ambientación, y se nos ofrece una puesta en escena igual de recogida, pero algo más cargada y teatral. La tercera historia pierde en mi opinión algo de comba, pero es igualmente interesante; no se si será por la imagen, el ambiente, o vaya usted a saber, pero me parece un Wong Kar-Wai meets Hal Hartley ... para que se hagan una idea.
* La sencillez y la emotividad al poder; y ya de paso, si es a través de una propuesta atrayente e interesante... mejor.

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