sábado, diciembre 23, 2006

A Scanner Darkly

Dir. Richard Linklater
EEUU 2006


Un agente de incógnito se introduce en la órbita de unos adictos y traficantes de drogas para sacar información que lleve a la detención de los distribuidores y abastecedores de la “sustancia D”, la cual en el futuro causará especiales estragos entre la población. Pero se dejará llevar, y bajando la guardia acabará el mismo adicto a esa droga, que lo extraviará en un mundo de confusión total respecto a su identidad y la de quienes lo rodean.


* Pese a que me habían hablado muy bien de varias películas de Linklater, he esperado al estreno de “A Scanner Darkly” para acercarme a este director; y tras ver algo tan convincente, y dentro de lo que cabe, original, a partir de ahora tendré que prestar más atención al resto de su filmografía.

* Lo primero que llama la atención de “A Scanner Darkly” es , por supuesto, la animación, cuyo nombre técnico no recuerdo, pero que tampoco ayudaría a la mayoría a hacerse una idea del procedimiento; básicamente viene a ser filmar la película tal cual, con actores reales, para después colorear encima. Esto ya lo hizo Linklater en “Waking Life”, y también me viene a la cabeza la desafortunada adaptación de Bashki de “El Señor de los Anillos” (desafortunada por la pobre acogida; a mi me gusta), donde creo que se hizo algo similar en algunas secuencias. Supongo que otros realizadores, que no habrán trascendido, habrán experimentado en el mismo campo, pero parece ser Linklater el que últimamente le ha cogido gusto al asunto.
El que se coloree o no encima de la imagen real es lo de menos, pero permite introducir algunos elementos que resultarían algo forzados con imagen real (los delirantes fantaseos de los personajes); contribuye en cierto modo al toque cómico, que el director no quería pasar por alto, y es un buen recurso para desarrollar el viaje alucinado y paranoico que emprende el protagonista; la animación un poco alucinógena le viene como anillo al dedo a la pesadilla que (un poco a lo Cronenberg) se quiere plasmar. Por cierto que es curioso que tal elenco de reconocidos actores se presten a que se les pintarrajee encima.


* El elemento cómico es fundamental en la película, viniendo dado por los delirios, los sinsentidos de los adictos protagonistas a esa “sustancia D”, y por unos diálogos y soliloquios de lo más acertados. La pugna entre la perspicaz pero descarriada lucidez de los personajes y sus desvaríos y desorientación te arrancan alguna carcajada, para a continuación lanzarte sin miramientos al sórdido y kafkano mundo al que los personajes han buscado salida a través de las drogas; un desolador futuro retratado con una sobriedad desesperante y opresiva. Pensad en “Dark City”, o la mas actual “Hijos de los Hombres”; “A Scanner Darkly” es más oscura y árida en su esfuerzo por proyectar un mundo futuro, y sin futuro, donde unos viven de alucinógenos delirios, otros de esta necesidad de escape, muchos de luchar contra ello, y otros ni viven.


* Desde el principio la película nos vapulea, confundiéndonos, jugando con nuestras expectativas sobre el desarrollo y los personajes, metiéndonos en el mismo mundo sin asideros en que está atrapado el protagonista..
Una de las ideas que me ha encantado es que el personaje de Fred, que no ve esperanza ni salida a su vida, donde todo es oscuridad y confusión, intente buscar la solución desde fuera de ella; analizándola a través de las imágenes que captan las cámaras ocultas en su vivienda, esforzándose en evaluarse a si mismo, a través de la mirada, al parecer más objetiva y luminosa, que lanzan las cámaras, y que el no puede proyectar.
Esta dualidad o desdoblamiento me parece un gran acierto del personaje y la historia; espiarse a uno mismo para ver si desde fuera podemos arreglar el desaguisado, para ver si atrapamos aquello que puede redimirnos y sacarnos de la pesadilla, ya que desde el otro lado de la cámara, y del mundo, no podemos.
Linklater acentúa el drama en su propuesta, arrincona la filosofía, y aún más el discurso moralizante, para arrojarnos de lleno al pozo de Keanu Reeves.

* Creo que sin la animación la película me hubiese gustado igualmente; es lo de menos.
En cuanto valorarla como adaptación de la obra de Dick; no la he leido, y tampoco creo que haga mucha falta.

* Recomendable para cualquiera, y si te va lo sórdido y kafkiano, aun más.

jueves, diciembre 07, 2006

El Castillo de Cagliostro

Rupan sansei: Kariosutoro no shiro
Dir. Hayao Miyazaki
Japón 1979




Siguiendo la pista de unos billetes falsos, Lupin y su compañero Jigen llegan a un diminuto país europeo, que además trae a Lupin buenos recuerdos de sus primeras correrías.
Llegan en un momento importante, pues falta poco para que se celebre la boda entre la princesa, a la que todo el mundo adora, y el Conde de Cagliostro, no tan amado del pueblo; por lo que la boda no es vista con buenos ojos por los lugareños. Cuando Lupin se entera de que la princesa es retenida a la fuerza por el Conde, intentará ayudarla, y ya de paso, sacar un buen botín del castillo, arrebatándoselo al Conde. Acabarán también tras la pista de un misterio que data del siglo XV, y que esta ligado a las familias del Conde y la princesa.



* “El Castillo de Cagliostro” fue el primer largometraje de animación dirigido por Hayao Miyazaki, y como el resto de su producción, me ha parecido una maravilla (yo es que soy un incondicional de este hombre).

* El personaje principal es Lupin, a quien todos recordaremos como ese ladrón de guante blanco de aquella serie de anime que emitieron por TV hace años y años. Aquí tenemos al mismo personaje pero en un contexto bien diferente al de dicha serie; quizá más cercano al de otra serie, también realizada por Miyazaki, de la que también nos acordaremos, y que era “Sherlock Holmes”.

* En esta primera película Miyazaki recoge ya elementos que serán habituales, o toda una constante, en su producción, mientras que están ausentes otros que irá poco a poco incorporando, enriqueciendo su cine. Por supuesto, aun no tenemos la magnificencia visual de sus últimos trabajos, pero el diseño no desmerece, y no está muy alejado de “El Castillo en el Cielo” o “Porco Rosso”, quizá aquellas con las que esta cinta guarde más similitud, junto con la serie “Sherlock Holmes”. Tampoco está presente aún el discurso total en valores humanos, ecológicos, y si me aprietan, espirituales; ni el componente folclórico-mitológico, o la exuberancia simbólica que llegará a la culminación con “... Chihiro”.

* Tenemos acción, mucha comedia, y la fantasía de lo estrambótico. Nos encontramos ya con la obsesión de Hayao por los extraños artefactos voladores (y otras aparatosas extravagancias “tecnológicas”); por los plácidos rincones apartados del mundanal ruido a modo de refugio para sus personajes; por las fantasiosas escenas de acción y estrafalarias persecuciones de lo más inverosímiles, etc.

* También hay que destacar algo poco habitual en la obra de Miyazaki, pero que si se da en esta película, y es la polarización de sus personajes; es decir, lo normal en Miyazaki, y aun más en sus últimos trabajos, es construir personajes duales, ni muy malos ni muy buenos, y que además sufren súbitas e inexplicables transformaciones de actitud y comportamiento a lo largo de la narración, convirtiéndose en arquetipos solo en el universo Miyazaki. Pero en “El Castillo de Cagliostro” tenemos una historia y unos personajes que se adaptan al esquema “héroe noble–desdichada heroína–cruel tirano” típico del goticismo europeo –del que además extrae otro motivos: el castillo, sus misterios, ...- y del romanticismo –me recuerda algo al romanticismo tardío de Leroux por ejemplo-; después Miyazaki seguirá dando muestras de su gusto por la historia, la cultura y la literatura europeas de los últimos siglos. El caso es que tenemos a un malo malísimo del que no podemos esperar nada bueno, alejado de la indefinición o ambigüedad de muchos de los personajes de “El Castillo Ambulante”, “... Mononoke”, “... Chihiro”, o “Porco Rosso”; una desdichada damisela, no tan cándida como pudiera parecer; y un noble héroe (Lupin), aunque sea un poco sinvergüenza. Por cierto que me encanta como estan construidos los personajes, no llegan a ser todo lo entrañables que son otras figuras de este director, pero... ¿quién no se enamora de la princesa?

* En definitiva, la peculiar y bizarra visión de Miyazaki del cuento gótico y romántico europeo; bien narrada, interesante, y muy divertida; otra obra de Miyazaki que se disfruta del tirón.

viernes, diciembre 01, 2006

Arrebato


Dir. Iván Zulueta
España 1979




* Arrebato supone uno de los mayores shocks que ha recibido mi pobre mente de aficionado al cine. Zulueta quiebra la pantalla, no para homenajear el cine, sino para que este reflexione sobre si mismo. Se escabullen las excelentes interpretaciones, los magníficos guiones, los ritmos certeros, y las portentosas fotografías; solo CINE. Arrebato no es una película, es EL CINE, bombardeándonos con su discurso, con mil y una reflexión, ideas e impresiones; logrando el tan ansiado arrebato, tan solo al alcance de unos pocos cineastas. El cine como la búsqueda de las fisuras internas y externas que nos llevan a dimensiones ajenas a nuestra realidad; la búsqueda de lo que se intuye, y no existe si no se crea; del camino hacía un destino pese a todo incierto. Invención y descubrimiento. Arrebato es alucinógena y alucinante; para alucinados y artistas (no para quien crea ser tal).
Arrebato son dos obsesivas almas gemelas, cada una con la mente vagando en terrenos distintos.

* José es director de cine, pero no le gusta el cine, sino que al cine le gusta él. El cine como tirano ente superior, hechizante y vampírico, que exige al cineasta algo que este se ve incapacitado para ofrecerle, sumiéndolo así en la desesperación. Cuando cada holocausto es un fracaso morimos poco a poco, pasando del éxtasis del sacrificio al derrumbamiento en la miseria; pues nuestras ofrendas a ese dios inmisericorde, que durante años nos ha ofrecido pruebas de la viabilidad de la apoteosis y de la capacidad de otros feligreses, caen en saco roto y se desintegran, no como la conciencia de que nuestra aportación es un engendro bastardo que con vergüenza tan solo reconocemos nosotros, pero no aquel por quien lo creamos: CINE. Éxtasis; placer y dolor en la gestación; como el amor, el sexo, la droga. Y entre fracaso y fracaso, como en el amor, como en la droga, esa entidad nos agota y deja exhaustos, succiona el alma del cineasta, mientras este se empecina en su intento de asirla y ascender hasta ella; como cree que han hecho otros. José quiere transmitir en imágenes el rapto que experimenta, entre otras cosas mediante las drogas y cierto cine, pero nada de esto lo guía en la senda sobre como conseguirlo; y sigue estéril: droga, amor y cine están acabando con él; se estanca y hunde sin asidero alguno.

* La obsesión de Pedro es aun más enfermiza y grotesca; un adulto que no quería crecer, y que ahora intenta captar con el objetivo de su cámara aquello que lo arrebataba de niño. Intenta captar el estímulo raptor, huidizo, que solo aparece cuando quiere para transportarnos; hipnotizarnos; cosa que parece tan solo conseguir, también él, mediante las drogas. Pedro cree que las imágenes tienen un ritmo, que como la música en una bacanal, te lleva al trance; dar con él es hacer cine, ser y fundirse en él; trascender. Así que en su fijación pasa el día entero filmando y filmando, desesperándose ante el visionado de tantas horas de imágenes huecas y sin alma, donde ese arrebato no se digna aparecer. Achacándolo a falta de medios o desconocimiento del arte fílmico acude a José, sin saber de la impotencia y esterilidad que también a él lo aqueja.
José es el eterno y fiel comulgante; Pedro el pagano, eterno hereje viajero; ambos parecen condenados a no trascender. Pero mientras Pedro logrará la bendición de esa deidad vampírica que es el cine, como premio a sus desvelos, José será repudiado, excluido del rebaño; tal como yo lo veo.

* Arrebato admite análisis enciclopédicos, y tantas lecturas como el espectador quiera hacerle; pero admite requiriendo implicación y cierto esfuerzo; no solo de placeres banales va a vivir el hombre.

miércoles, noviembre 29, 2006

Chungking Express


Chung hing sam lam
Dir. Wong Kar-Wai
Hong-Kong 1994



Dos historias independientes. En la primera de ellas un joven policía al que hace poco abandonó su novia se enamora de una traficante de drogas con la que se encuentra en un bar; por supuesto, sin conocer ninguno de los dos la ocupación del otro.
En la segunda, otro policía herido de amores es, sin ser consciente de ello, ayudado a superar el bache por la camarera del bar que suele frecuentar.



* Dos historias que, aunque estilísticamente diferentes, tratan el sempiterno tema de Wong Kar-Wai del desamor y el amor imposible. Quizá sea la película más “ligerita” de este director, alejada de la exuberancia sensual, densa y a veces artificiosa de otras de sus películas. Esto no quiere decir que no haya que tomársela en serio, o que sea un paréntesis de ligereza que se tomó el director entre obra y obra de mayor profundidad, porque “Chunking Express” es otra lección de este señor de cómo hacer cine con estilo, personalidad e inventiva.


* La primera historia me atrapa en su narrativa audaz y en su estilo visual experimental, con saltos de registro y explosiones de ritmo, que llaman mi atención a cada paso y escena. Me atrapa en su humor absurdo, y en su tonillo misterioso, aportado por la figura de la protagonista. Ese toque enigmático, algunas penumbras, atmósferas difusas, y algún que otro plano, generan una ambientación en algunas escenas que me recuerda a veces a David Lynch.

También tiene elementos que remiten a “As Tears Go By” y “Fallen Angels”. Esta última, de hecho, debía haber sido la tercera parte de la cinta que nos ocupa, pero se decidió parirla como película independiente.
De esta primera parte de la película diría que esencialmente me gusta lo atrevido del ritmo y la narración, aportando una frescura no muy común en este director (y no es un reproche).
Muy acertada también la música para ambientar este "episodio".



* Pero es la segunda historia la que me hizo rendirme ante esta película. Con un romanticismo rocambolesco, más de cuento que de novela (por decirlo de alguna forma); con dos protagonistas diáfanos, una especie de principito azul en horas bajas, y una suerte de hada madrina surgida de la nada, que nos exponen el tema de los obstáculos a la atracción personal y al acercamiento amoroso de forma más amable, y también cómica, de lo que suele hacerlo este maestro del cine. Es difícil que a uno no se le vengan a la cabeza películas como “Hierro 3” o “Amelie”, quizá por elementos y pasajes concretos, pero es innegable que en esta película Wong Kar-Wai comparte con Kim Ki-Duk y Jeunet el gusto por el romanticismo más absurdo y “fantástico”, y menos denso, y que pese a que se pueda tachar a sus protagonistas de algo livianos, a mi personalmente me enganchan totalmente a la historia en que los enfrasca el director.


* Comicidad general de lo más agradable y uso de la música (machacona repetición del tema central) que, aunque a algunos irrite, a mi me encanta: botón de disparo de cierto estado anímico para intentar captar los pensamientos de los personajes y rumiar lo visto hasta el momento (cosa que también hizo Wong Kar-Wai en “Deseando Amar”). La música se convierte así, aunque sean solo uno o dos temas, en un elemento relevante, no solo para la implicación del espectador en la historia, sino, en esta película en particular, en la historia misma; en ese benévolo plan que la protagonista se trae entre manos.

* A destacar la comicidad con que se erige la casa del protagonista en reflejo de su estado anímico, y como a través de ella la chica intenta influir en él. Tanto esta idea como el final de la película son de un romanticismo arrebatador.
No me queda claro si la protagonista intenta a través de su estratagema o experimento (le gustaría saber si los sueños de uno pueden transmitirse a los demás) atraerse el afecto de él, o simplemente ayudarlo a salir de su apatía y abatimiento; sea como sea, el planteamiento me parece del todo exquisito.

* Una de las películas que más veces he visto, y junto con “Deseando Amar” mi favorita de Wong Kar-Wai. De las que siempre recomendaré.

sábado, noviembre 11, 2006

Vanya en la Calle 42


Vanya on 42nd Street
Dir. Louis Malle
Reino Unido / EEUU 1994



Un grupo de actores se reúnen en un viejo teatro para llevar a cabo un ensayo general de “Tio Vanya” de Chejov.



* Lo poco que he visto de Malle, sin volverme loco, me ha parecido interesante. Como en esta película Malle toca la obra de Chejov, que es uno de mis autores preferidos, y salía Julianne Moore, la cual me encantó en “Las Horas”, pues decidí verla, y me felicitó por ello; si Malle tiene algo mejor que esto, que alguien me lo haga saber porque debe ser tremendo. Me he encontrado ante una inspirada e intensísima visión, no solo de la obra “Tio Vanya” de Chejov, sino de la literatura y el teatro en general (sobre todo los clásicos), y del papel y lugar que ocupan en el mundo que nos ha tocado vivir. Me esperaba que la película tratase sobre la convivencia de un grupo de actores que preparan una representación de la obra, pero es finalmente la recreación de la obra tal cual; de un ensayo general de esta.
La película empieza con imágenes del ajetreo, el caos y la actividad en las calles de una cosmopolita gran urbe (Nueva York); el grupo de actores se han citado en medio de este maremagno cultural y económico, y una vez reunidos se dirigen hacia la calle 42, donde en un ruinoso pero majestuoso teatro realizarán un ensayo general e integro de “Tio Vanya”. Tras unas breves explicaciones sobre la historia y el estado del teatro a unos invitados a presenciar el ensayo, comienza este, fluido e integro, solo interrumpido un par de veces para cambiar de “escenario”. Cuando menos te lo esperas estás ya inmerso en la obra del maestro ruso.

* Creo que es una de las visiones literarias mas acertadas que he visto en el cine, por no decir la más acertada. No solo creo que aborde adecuada y magistralmente la obra de Chejov; no es que sea más o menos fiel al relato o a su espíritu, sino que veo esta película como una visión recreada en el celuloide de la experiencia literaria en general; y para plasmarla Malle no vaga por intrincados vericuetos dialécticos, ni nos sermonea, ni formula un pedante discurso reivindicativo; sino que erige todo un sensible homenaje al teatro y a la literatura, a nuestra experiencia ante las letras, desde la modestia y la honestidad.
En el paso del grupo de actores desde la vorágine del mundo moderno, donde se mueven como pez en el agua, a las profundidades en penumbra del imponente y destartalado teatro, veo la experiencia de situarse ante un libro y abrir sus páginas; desapareciendo incluso la conciencia del prosaico entorno a medida que se enfrasca uno en la lectura, como ocurre en esta película según vamos avanzando en la obra que nos presentan. Malle no recurre para protagonizar su cinta, ni a desadaptados de inquietudes artísticas, ni a freakies obsesivos, ni a bohemios snobs, sino a urbanitas anónimos que acaban encarnando de forma sublime a los personajes de Chejov; porque aunque lo repito en cada gran película, todos los actores, y aquí son 8-10, están soberbios; en unos minutos, sin artificio ni ambientación ninguna, te introducen completamente en la obra, de tal forma, que nos olvidamos de todo lo que rodea el ensayo, de la condición de este mismo, e incluso de lo que a nosotros mismos nos rodea. Veo en el descomunal y ruinoso edificio del teatro una gruta o cueva del tesoro, donde cobran vida joyas como la que representan el grupo de actores; como una mina que alberga magnificencias de las que se ha olvidado ese frenético mundo donde se enclava el edificio, que ha ido surgiendo alrededor de este, ignorándolo poco a poco, y haciendo caso omiso de las riquezas que en el se enseñoreaban. No se que ha querido exactamente significar Malle llevando la representación a un desvencijado teatro que se cae a pedazos, y donde no se puede ni usar el escenario por peligro de derrumbe, pero me encanta ver a ese grupo de actores, gentes de hoy día, interpretando a Chejov en la penumbra, con el único fondo de alguna pared desconchada, surgiendo de la oscuridad, como una aparición; como una llama que prende en el corazón de Vanya, Sonia, o Yelena; como las palabras surgiendo del blanco de las páginas del libro.

* A los 15 min. Estamos ya presos del encanto de esta película, que poco a poco va ganando intensidad gracias al grandioso trabajo de los actores en su afán por captar los personajes; al final es difícil no emocionarse, tanto por lo que nos transmiten los actores, como considerando la personal, sensible e iluminada mirada de Malle.

viernes, noviembre 10, 2006

I Lunghi Capelli della Morte







Dir. Antonio Margheriti
Italia 1964




Kurt Humboldt, un noble del siglo XV, para encubrir su perfidia y culpa en el asesinato de su tío, el rey, acusa a la mujer de este de ser su asesina, además de bruja. Cuando la hija mayor de esta acude al conde Humboldt, padre de Kurt, en busca de ayuda, acusándose ella misma para salvar la vida de su madre, el conde abusa de ella aprovechando la situación. Ambas mujeres morirán a manos de sendos Humboldt, pero lo harán maldiciendo su estirpe y a toda la población. Pero la hija pequeña de la supuesta bruja permanecerá acogida en el castillo, casándose años más tarde con Kurt Humboldt. Poco antes de la boda la maldición lanzada años atrás comienza a abatirse sobre los Humboldt y sobre la ciudad.





* Aunque eran varias las razones por las que me atraía esta película, ha pasado mucho tiempo hasta que me he decidido a verla. Estaba a la espera de hacerme con una versión doblada, o con los subtítulos; pero nada. Finalmente la he visto en versión original, y el poco italiano que se me ha bastado.
Como he dicho antes, la película tenía a priori varios puntos a su favor: su director es Antonio Margheriti, responsable de “Danza Macabra”, la cual me había gustado bastante; la siempre enigmática Bárbara Steele; la supuesta fuente de inspiración de esta película en “La Máscara del Demonio” de Mario Bava, estrenada cinco años antes, y protagonizada también por Steele; y el hecho de que en general no me hayan defraudado las muestras de viejo terror italiano que he visto.

* En primer lugar he de decir que “I Lunghi Capelli della Morte” me ha gustado más que “Danza Macabra”. Respecto a la película de Bava, ha pasado el suficiente tiempo desde que la vi como para no atreverme a hacer comparaciones, aunque si me arriesgaría a decir (aunque algunos me lapiden por ello) que la película que nos ocupa me ha causado más impresión que “La Máscara del Demonio”; todo sería volver a ver esta última.

* De Bárbara Steele he obtenido lo que esperaba y deseaba: un buen papel de mujer-espíritu fatal, misteriosa y sugerente, con esos ojazos que los dioses le han dado y que te dejan petrificado; parece realmente un ser de ultratumba esta mujer; impone. Además aquí esta bien acompañada por George Ardisson, en el papel de villano malísimo. En general ninguno de los intérpretes desentona.

* En cuanto a la ambientación, me esperaba la típica neblinosa, sobria y sombría, que en parte heredará el giallo posterior; alejada del goticismo confitado habitual de la Hammer, y de su ocasional exotismo pueril; lo que no esperaba es que me fuese a gustar tanto como para remarcarla. La austeridad del microcosmos pseudomedieval recreado, con ese goticismo frío y solemne, pese a la modestia de los decorados, brinda un buen puñado de magnificas escenas bien imponentes: todo el inicio del film, con la bruja conducida a la hoguera, y su quema; la imagen de su hija (Bárbara Steele) junto a la pira, postrada de hinojos ante las cenizas, jurando venganza, impotente (quien pudiese hacerse con un poster de esa imagen...); la irrupción de esta última en la boda del príncipe, como la tempestad colándose en el alma de uno; y más. Hay escenas me han impactado tanto como algunas de las imborrables del cine de terror mudo de principios de siglo.
Por cierto, fuera de esto, atentos al cabezazo que creo se da con el dintel de la puerta de la celda uno de los guardias cuando entra al calabozo a por la bruja.

* Respecto a la historia, esta se aleja del romanticismo bastante común en el cine gótico, así como de sus también habituales desvaríos filosóficos; no digo que sea una virtud, pero a veces a uno le apetece enfrentarse a un relato del goticismo descarnado de antaño; de hecho considero que esta película es más fiel al espíritu de la vieja literatura gótica (Walpole, Lewis, ...) que muchas películas del género, incluso las basadas en esas obras; siempre salvando lenguajes y distancias. Estamos ante una historia de odios, venganzas y crueldad en tiempos de peste y caza de brujas; una historia que con las licencias modernas daría mucho juego. Aparte de esto, la trama en sí me ha parecido interesante, bien articulada y consistente; siempre perdonando los elementos fantásticos más o menos estrambóticos, pues no son más de un par, y teniendo en cuenta que la película tiene 40 años.

* Resulta extraño, viendo una película de un goticismo tan solemne, a la vez que frío y sobrio, que es del 64, pero que podía haber sido rodada veinte o treinta años antes, ... resulta extraño digo, pensar que en una década veremos aparecer a los Hooper, Carpenter, o a los clásicos del giallo-terror italiano.

* Lo dicho, goticismo de espíritu añejo, con una puesta en escena y ambientación modesta pero imponentemente oscura... y bueno, Bárbara Steele; a mi me basta.

sábado, noviembre 04, 2006

Muñecos Infernales


The Devil-Doll
Dir. Tod Browning
EEUU 1936





Marcel, un científico loco, y Lavond, un banquero encarcelado por la perfidia de sus socios, escapan de la cárcel para dar rienda suelta a sus extraviados planes.
Marcel muere poco después de la fuga, pero tras haber llegado a su hogar, y hacer participe a Lavond de la naturaleza de sus experimentos. Tras la muerte del científico, Lavond ayudará a la mujer de Marcel a seguir con los experimentos, y estos le ayudarán a él a llevar a cabo su venganza.
















* Otro título imprescindible del autor de la imperecedera “Freaks”. Quizá hoy día no cause el impacto que sí que provoca aún esta última, pero no por ello está desfasada; es una maravilla, y se echan de menos propuestas de estas características en la actualidad, que combinasen el espíritu del viejo terror, con lo que los tiempos modernos y sus libertades ofrecen al cineasta de hoy.

* Aunque los efectos de esta película puedan provocar carcajadas en muchos aficionados al cine de hoy, amantes de lo digital, a mi me han gustado bastante; me gusta el efecto causado al reproducir la reducción de los cuerpos, unas veces superponiendo planos, y otras recreando a gran escala los objetos (o eso creo, pues la calidad de imagen de la copia que he visto no era precisamente óptima). Al no ser un gran conocedor de la fantasía de la época no se el impacto que causarían tales efectos en su época; ya digo que a mi me resultan atractivos (quizá también entrañables), y el tono de la película hace olvidar lo chocantes que a día de hoy puedan resultar.



* La parte, horripilante digamos, de la historia resulta bastante inquietante desde un principio, con ese Marcel, perfecto en su papel de típico científico loco, que en su obsesión por el supuesto bien de la humanidad sobrepasa los límites de la cordura en sus experimentos; y su mujer, no menos desquiciada, con el mismo extravío en la mirada y el comportamiento. La idea del ex convicto perseguido, que disfrazado de abuelita fabricante de muñecos recorre París introduciendo sus “muñecos infernales” en las casas de sus víctimas, es una excentricidad de lo más atinada.



* Pero yo me quedo con la historia personal del protagonista, Paul Lavond. Ha permanecido en la cárcel, siendo inocente, 17 años, resistiendo gracias al odio hacia sus ex socios, y al amor por su familia, que paradójicamente ha estado alimentando ese odio. Ha pasado todos esos años consciente de que su entrada en la cárcel destrozó a su familia; que esta lo considera un ladrón, un malhechor; consciente de su desprecio, y en especial del de su adorada hija; son emocionantes las escenas en que esta vitupera de forma brutal a su padre ante la supuesta viejecita, sin saber quien es en realidad; las visitas de Lavond a su madre, ... me ha encantado la dimensión emotiva del film.
Muy bien también está para mi plasmada la encrucijada en que se encuentra Lavond. Tiene que vengarse de sus ex socios porque el odio que ha ido acumulando durante 17 años no le deja alternativa, y tiene que limpiar su nombre ante su familia y la sociedad, borrar la execrable imagen que se han forjado de él, e intentar sacar a su familia de las miserias en que se ve sumida desde hace tantísimo tiempo. Pero debe probar su inocencia haciéndose culpable de algo aún peor que aquello por lo que le condenaron; aunque suene extraño debe recuperar a su familia sin volver a verla jamás, pues el ver como viven sus socios gracias a su falsedad, y pensar como esa falsedad llevó a su familia a la ruina, la desgracia, el desprecio hacia él, y la anatema social, hace que la vuelta atrás en sus planes sea imposible.

* Historia de amor-odio acompañada de un atractivo componente fantástico y de terror.

lunes, octubre 30, 2006

Shara


Sharasojyu
Dir. Naomi Kawase
Japón 2003





Un matrimonio, años después de haber perdido a uno de sus hijos, sigue intentando superar el suceso, y marchar hacia delante. Con el hijo que les queda, y uno por venir, intentan, sin dejar de lado sus recuerdos, llevar una vida en familia como otra cualquiera; pero el peso de lo que ocurrió años atrás les sigue persiguiendo.




* “Shara” es cine que cobra vida; que nos arrebata del asiento para arrojarnos a una dimensión donde el cine te devuelve la mirada; te habla; y hurga dentro de ti.
Naomi Kawase viene del mundo del documental, pero no estoy seguro de que esto explique por sí solo el porque su cámara nos hace casi reales las ficciones que nos presenta; complicándonos de tal forma en ellas. Tan desnudo, hondo e intimista es el cine de esta directora.
“Shara" escapa al análisis superficial; a la mayoría de lugares comunes, y parece revolverse cuando intentamos presentarla a través del lenguaje y las palabras; pues, si casi no le han hecho falta a ella para desarrollarse, no se, igual es que son incompatibles; y el nuestro no es su lenguaje. El caso es que tendré que limitarme a pescar en lo más o menos tangible del film, e indicar aquello, que en conjunción con eso, me ha dejado esta sensación, y la convicción de que por este camino esta directora hará sombra a muchos de los grandes.

* Y de sombras va “Shara”; un drama, de ritmo pausadísimo y parco en diálogos, que con un estilo sobrio y desnudo, falto de cualquier artificio, nos expone todo un universo sensitivo de una intensidad y honradez brutales.
La primera escena ya resulta imponente: esa cámara persiguiendo a los dos hermanos, Shun y Kie, por la calle; la súbita desaparición de uno de ellos, de Kie; la aplastante sensación de soledad de Shun; la simple vista de la casa que hace esquina; el plano del frondoso árbol del patio, que se alza tras la tapia, agitándose con el viento. No se que tiene esta simple secuencia que pone la piel de gallina; que te advierte que no estás ante algo convencional, ni siquiera entre el cine con más visos de profundidad. No se como en unos minutos, sin haberte dado aún tiempo a introducirte en la película, en trama o historia alguna; habiendo estado solo expuesto a las espaldas de dos niños..., no se como, pueden tener tanta fuerza las imágenes.
A continuación hay un gran salto temporal; de años (como en “Suzaku”; anterior film de Kawase), pero el impacto de esos primeros minutos y la sensación que te dejan no se disipan, acompañándote en ese impulso hacia delante. Lo que devendrá a lo largo del film irá moldeando esa sensación primera.
Ahora nos encontramos con la misma familia, años después, viviendo una existencia en apariencia normal y tranquila. Pero el desasosiego inicial no os ha abandonado. Y al poco nos vamos percatando de que no es todo tan plácido como parece; que cierto clima de abatimiento pesa sobre la familia. Sus miembros, en principio, parecen haber superado la pérdida sufrida años atrás, y haber continuado con sus vidas como buenamente pudieron: ella está embarazada; el trabaja, y anda ahora ocupadísimo con la organización del festival “Shara” de la ciudad; y Shun va al instituto, pinta, y sale con una amiguita que se ha echado. Todo da una impresión de vida sencilla y plácida; pero no es del todo así. En realidad el fantasma de Kie no les llegó a abandonar nunca, y ha estado presente en cada uno de los pasos que han dado desde entonces. En él se debaten intentando recuperarse; hermanar el recuerdo con el presente, y el porvenir; y esa lucha interior está plasmada magistralmente en cada uno de los personajes.
Al referirme a fantasma no hablo de un espíritu o aparición al uso; esto no es fantasía, sino que el recuerdo y la ausencia son lo que han estado interfiriendo en la vida de la familia durante años; y sigue haciéndolo. El fantasma de Kie es gran parte de la atmósfera inicial del film; una presencia etérea bajo la que los protagonistas han intentado salir adelante; que tira de ellos hacia el pasado; que nubla su futuro.
En ese ambiente, que aún no se como logran transmitirlo Kawase y sus actores, se va tejiendo una solapada, pero viva y densa red emocional, sin estallidos ni excesos que pudieran servir como válvula de escape y alivio; una red emocional que se va transformando, y que a veces se vuelve convulsa, y se desgarra en momentos clave del film: cuando la policía encuentra el cuerpo de Kie; la secuencia del festival, de la danza popular, con esa explosión total de vitalidad y alegría, que supone una descarga como pocas te da el cine; o la escena del parto.

* Como comenté en “Three Times”, “Shara también exige la complicidad del espectador para dar forma y fondo a lo que se nos presenta; para recoger esas claves o pistas narrativas, y junto con las soberbias interpretaciones que nos regalan los actores (geniales, en serio; impresionante) desarrollar nuestra “Shara”. A nosotros toca penetrar en la historia y los personajes; descifrar como actúa ese fantasma; esa ausencia; como afecta a los personajes; y como se acaba disipando.



* La penetración psicológica que se logra con los personajes es ejemplar. Vuelvo a repetir que el trabajo de los actores es excepcional.

* Increíble es también el manejo de la cámara. Como si fuese una proyección de la mente de Naomi Kawase; mucha “cámara en mano”. Es casi un intruso, que de manera furtiva se ha metido en la vida de los personajes; un espectro curioso y entrometido; espía de la directora. A veces incluso los personajes miran directamente a cámara.
Añadir que, exceptuando algún ruido o sonido natural del ambiente, aprovechado de forma muy propia para alguna que otra escena, no creo recordar que se haya echado mano de fondo musical alguno. Los silencios hacen aun más vivo y honesto todo.



* Cine que supera hasta la propia denominación; impresión pura; “Shara” es visión y alma. Ahora a esperar otra iluminación de Naomi Kawase, o poder hacerme con alguno de sus documentales sin personarme en Japón, ni que me cueste un riñón.


viernes, octubre 27, 2006

Silk Shoes


Dir. Yeo Gyun Dong
Corea del Sur 2006



Un jefe mafioso coreano tiene a su cargo a su padre; un anciano aquejado de un incipiente alzheimer, y obsesionado con visitar su pueblo natal en Corea del Norte. Para cumplir los deseos de su padre, y de paso conseguir que deje de dar problemas, no se le ocurre mejor idea que mandar a sus hombres secuestrar a un director de cine para que monte una farsa con que engañar a su padre. La idea parece simple: solo hay que hacer creer al anciano que esta en Corea del Norte; que ha visitado un par de lugares; y que se ha hecho alguna que otra foto que conservar hasta el día de su muerte; pero no será tan fácil. La gente de la que se rodea el director para llevar a cabo el montaje no es la más adecuada; las condiciones no son las idóneas; y nadie podía pensar que un anciano con alzheimer fuese a crear tantas dificultades.








* La película supone una sucesión sin fin de escenas divertidísimas, encadenadas sin descanso una tras otra. Es un humor absurdo y situacional, manejado con tacto, que respeta el tema de fondo al que alude la película; el de la separación de familias entre las dos Coreas. Es un tema delicado; así al menos lo entiendo yo; y no se como se tomarán en Corea del Sur el hecho de que se traten dichos temas en el cine. Siempre que el cine aborda asuntos tan espinosos, a más peliagudo el tema, más se opta por la sobriedad del drama; y hay que tener mucho tiento y buen gusto para brindar una comedia algo alocada sobre algo tan comprometido sin caer en lo grosero e inconveniente. No se como habrá calado este film en su país, pero a ojos de un extraño es una película agradable y amena, que con elegancia soslaya entrar de lleno en cuestiones ajenas a sus intenciones.
De hecho, en las escenas donde se refleja, aunque sea minimamente, la problemática de la separación familiar, la película abandona su tono jocoso, y hace pequeñas paradas en el terreno del drama, logrando, sin explayarse en ello, poner el acento emotivo al film.
Pero si la película no arroja una mirada burlesca sobre este problema, sí que lo hace, en cierta medida, sobre la situación que viven los dos países; en lo referente a las visiones, creencias y convicciones, que los ciudadanos de uno y otro lado de la frontera tienen del vecino; muchas de las hilarantes situaciones brotan del efecto que toda la parafernalia comunista desplegada por los protagonistas tiene sobre las personas con las que se van cruzando. Aparte de esto, toda la carga de humor se asienta en las disparatadas situaciones que provocan: la ineptitud e insensatez de los torpes actores; la del ganster encargado de vigilar el éxito de la misión; el anciano padre con alzheimer, pero la suficiente desenvoltura para causar un sinfín de dificultades; el director, que poco a poco irá perdiendo los nervios, ... Todos esos absurdos en que, por salirse de guión, arrojan al pobre director, ya sea por torpeza, despiste, o por estar encariñándose todos con el abuelo, son geniales.

* Lo conmovedor, a mi modo de ver, no solo está en ese pequeño puñado de secuencias que retratan el anhelo y la esperanza de muchos coreanos por volver a ver a sus familias: cuando los ancianos vecinos del abuelo dan al director cartas, fotos y demás, para que las entregue a sus familias en el norte; las sensaciones y sentimientos del anciano, en contacto con lo que él cree que es Corea del Norte; el encuentro con otra anciana con alzheimer en una de sus escapadas, ... lo conmovedor está también en la transformación de muchos personajes, de los encargados de la farsa. Todos se van encariñando con el abuelo, y aparte de meter al director en más de un atolladero por salirse del plan previsto, el hecho de que lo hagan para satisfacer los deseos del anciano es hermoso. También tenemos el cambio que va produciéndose en el director y el mafioso que lo vigila. En principio ambos van de mala gana; al primero lo amenazan de muerte si no cumple, cuando el tema del abuelo nostálgico le trae sin cuidado; y al otro le obligan a asegurarse de que todo salga bien, y de vigilar a todo el personal, cuando podría estar en cualquier otro lugar. Poco a poco irán ambos compadeciendo también al padre del jefe, así como comprendiendo la situación en que están metidos ambos; comienzan poco a poco a confraternizar, y a hacer algunas locuras para llevar adelante el proyecto, cueste lo que cueste, aunque haya que echar por tierra el plan inicial, poner en peligro su integridad, y enredarse en más problemas de los que podía recoger la previsión más pesimista.

* Seguramente alguien podrá hacer un análisis más profundo sobre esta película; yo me quedo con lo conmovedor y con su humor desbordante.