sábado, abril 21, 2007

Vendredi Soir


Dir. Claire Denis
Francia 2002

Camino del piso de su pareja Laure se ve metida en un atasco provocado por una huelga de transportes en Paris. En mitad del atasco, esa noche, vivirá una aventura con un desconocido.






* “Vendredi Soir” es mágica, y aún no me explico ni me queda claro si lo que vemos es una ensoñación o sueño de la protagonista, lo cual explicaría muchas cosas, excepto como Claire Denis ha logrado plasmar tan finamente ese mundo onírico de sensaciones.
Gran parte del efecto será causado por los omnipresentes pasajes musicales, de una música etérea y emocional que nos atrapa en un hipnótico bucle, pero no solo a nosotros, pues la simbiosis entre imagen y música es casi total.
También es cierto que Denis parece tener una concepción cadenciosa y musical del movimiento y la fisicidad, que genera suertes de corrientes y sensaciones como aquellas que experimentamos soñando.


Y ya estamos de vueltas con lo del sueño. La película tiene algún elemento grueso que remarca la irrealidad de lo que vemos, pero su ritmo y el tratamiento de los personajes hace que dichos elementos sean superfluos para generar ese ambiente de, digamos, suspensión; a no ser que se pretenda explicitar que lo mostrado es un sueño, porque realmente la protagonista se lanza a su aventura como si de un sueño se tratase, y su compañero, una huera criatura de sueño parece.
Pero es que la situación de inicio que dispararía la ensoñación o los fantaseos de ella, bien podría generar el clima y el estado mental propicio, no solo para la ensoñación, sino para desconectar la vigilancia y realmente lanzar a una Laure (nuestra protagonista) consciente a su aventura.
Desde el principio ya vemos que parte de su realidad se esfuma reducida a un montón de cajas con etiquetas: está de mudanza. Se traslada a casa de su pareja, de la cual no sabemos nada, ¿y ella, sabe algo? Echa un último vistazo a la fachada de su ex casa y cuando le vuelve la espalda se encuentra un mundo nuevo, porque el viejo se consume tras ella. Ya de entrada parece haber un largo camino hasta su nuevo hogar, pero la huelga de transportes parece dilatarlo hasta el infinito. El caos del tráfico solo aumenta su extrañamiento y confusión, sumiéndola en un estado de sopor del que saldrá, pero sin saber a donde, aunque somos nosotros los que acabamos descolocados. Solo sabemos que sortea espacios familiares (la cena con unos amigos) y que se lanza a un “affair” con un desconocido.
La intimidad cómplice y totalmente libre y desprendida que se consigue transmitir entre los dos protagonistas es del todo inexplicable, pero se logra.
Quizá la protagonista se haya permitido un momento de total libertad antes de volver a su “realidad”, y esa desinhibición la suma en un estado extático.


* El film puede verse como una oda a la libertad, al éxtasis del momento, o a la embriaguez de un amor efímero que solo alcanzamos dejando en vilo nuestras concepciones y atribuciones. Un dejarse llevar por los sentidos, por esa música que suena en lo recóndito del pecho y en los más ocultos recovecos de nuestra mente. En ningún momento elucubración alguna sobre aquellos que me rodean; dejarse llevar, dejarse ir. En ese estado la “infidelidad” de él se anula, y la de ella se olvida.


* “Vendredi Soir” captura la esencia del sueño, o la magia del momento. Sea como sea, una Denis en estado de gracia pulsa las teclas necesarias para que todo fluya, y generar todo un mundo sensitivo.

Porco Rosso


Kurenai no Buta
Dir. Hayao Miyazaki
Japón 1992

Un grupo de piratas del aire que cometen sus fechorías en el Mar Adriático, hartos ya de que Porco Rosso les de siempre caza, buscan la ayuda de un aviador norteamericano para deshacerse de Porco.






* Miyazaki es un portento. Nos presenta a un hombre-cerdo aviador, cazarecompensas antifascista, respetado en todo el Adriático, y con la mitad de la Italia femenina rendida a sus pies; y consigue que lo vea tan natural como normal lo ven el resto de personajes de esta historia. Miyazaki se ríe de las apariencias; da a su película la misma dimensión humana tremenda que caracteriza toda su obra; mezcla sin tregua géneros y tonos sin que resulte chocante;… ¡Abra cadabra! Película de culto servida en bandeja de plata.


* La primera secuencia serviría sola ella para hacer que muchos directores bajasen su cara de vergüenza. Aquí tenemos ya a Porco, un heroico cerdo al que recurren para resolver entuertos; unos cuantos elementos sueltos que nos sitúan en la época en que la historia pretende desarrollarse; un refugio paradisíaco en el que todos querríamos estar, y la promesa de que pronto comenzará la acción. La película me gana en un minuto. A partir de aquí “Porco Rosso” se dispara a lomos de la desbordante imaginación de Miyazaki, para sorprendernos a cada escena.


* Los recurrentes guiños históricos y culturales que lanza la película, siempre a expensas de la distorsión fabuladora de este maestro del cine, son de los más sugerentes, y aportan una mayor dosis de romanticismo al asunto, en una película que no deja de ser una comedia de acción que soslaya el aparato dramático de otras cintas de los estudios Ghibli o del propio Miyazaki. Por analogías sería “El Castillo de Cagliostro” aquella con la que “Porco Rosso” tiene más puntos en común, aunque en esta última los personajes no son tan rígidos o arquetípicos como en aquella.


* Me encantan las trepidantes escenas de acción, y es difícil no partirse en dos de risa en multitud de secuencias. También es increíble como tantos lugares acaban dotados de personalidad y carácter: la isla refugio de Porco, el jardín privado de Gina, el mismo hotel Adriano, e incluso los talleres de Milán donde le fabrican a Porco su nuevo avión.


* Y que decir de los personajes… cada cual dedicado a variar el tono de la película con tan diestra mano que nos conducen por donde quieren. Curtis y los piratas regalándonos escenas de acción y humor para la galería; Fio valerosamente empeñada en convertir su aventura con Porco en un cuento de hadas; Gina, mujer de carisma y portentoso temple cuya relación con Porco es deliciosamente triste y romántica. Porque pese a todo el humor y toda la acción, “Porco Rosso” es romántica se mire por donde se mire. No quería señalar escenas, pero aquella en que Porco relata a Fio como se convirtió, en mitad de un combate aéreo, en lo que a día de hoy es… buf, pone los pelos de punta. Los diálogos son también de los que se recuerdan. “Porco Rosso” deja cosas en el aire; no se lo puede poner rostro a la magia.


“prefiero ser un cerdo a ser un fascista”

“un cerdo que no vuela solo es un cerdo”

¡Ahí queda eso!

Deseando Amar

In the Mood for Love
Fa yeung nin wa
Dir. Wong Kar-Wai
Hong–Kong / Francia 2000

“Ella era tímida, bajaba la cabeza para darle a él la oportunidad de acercarse, pero él no podía por falta de coraje; ella da la vuelta y se va”

* La historia de amor más triste del mundo. Para mi, la película más apasionante que de momento la década nos ha dejado.
Wong Kar-Wai pone frente a frente a dos personas, las obliga a amarse, sin escapatoria posible, las retiene con lazos de conciencia, enfrentando la madura certeza de lo efímero de los sentimientos y lo inestable de las inclinaciones con la certidumbre salvaje de la realidad, gobierno y tiranía de estos. Atenaza las almas de sus personajes, los paraliza, los lanza uno contra otro, a un amargo y doliente amor, para retratarnos el desamor como pocas veces antes.

* La historia, que ni así podríamos llamarla, es de una sencillez abrumadora, y con sencillez se nos narra, pero eso sí, con una sensualidad barroca increíble. “Deseando Amar” se vivencia y siente de forma integral, con todos los sentidos. Se nos muestran un par de tobillos, y nos llega un mundo entero; se nos presentan dos personas en una habitación, y ese universo tiene la complejidad que no alcanzan filmografías enteras. La fijación de desenvolver a los personajes siempre en el encierro es despiadada, en cargadas habitaciones, en asfixiantes pasillos, en insidiosos planos, todo, hasta la lluvia, se alía para maltratar la estable paz de espíritu de los protagonistas. Porque no sabemos a ciencia cierta que es lo que hay tan fuerte como para contrarrestar la imperiosa inclinación de la pareja, como para levantar tan sólido muro entre ambos, que en el momento de mayor acercamiento, íntimo y cómplice, la distancia es sideral. Y tampoco tiene Wong Kar-Wai piedad de mi, que con desespero intento desentrañar el mundo interno de los protagonistas, lo ignoto en el corazón de los personajes, el secreto confiado a las ruinas, porque estas son un reflejo de mi mismo, de la historia que me acaban de insinuar. Algunas relaciones se diluyen como el humo que a veces inunda la pantalla, otras perviven y maduran como las ruinas honradas con nuestros secretos.
El más mínimo detalle y elemento de esta película se dedica a dotar de vida y alma a los personajes, y cualquier gesto, mirada, insinuación, inflama los sentimientos, los suyos y los nuestros, estremeciendo todo.

* Sea con el corazón o el cerebro con lo que Kar-Wai proyecte sus films, lo cierto es que sus historias y personajes se incrustan en nosotros y allí cobran vida, y si vida suponen, yo me descubro ante este tipo.

miércoles, abril 11, 2007

Picnic en Hanging Rock

Picnic at Hanging Rock
Dir. Peter Weir
Australia 1975

Narra la impotencia y el drama desatado en una pequeña localidad australiana y en un instituto femenino por la desaparición, durante una excursión, de un grupo de jóvenes y una profesora.



* La bruma que vemos disiparse en las primeras imágenes para darnos entrada en el film de Weir, se cierra a nuestras espaldas, rodeándonos, e introduciéndonos de lleno, desde un principio, en la que para mi es, por antonomasia, la película cumbre del llamado cine de misterio.
He atravesado esa brumosa cortina una o otra vez, para acabar siempre presa de las mismas sensaciones, del mismo extravío, del mismo conjuro, y porque no, de la misma frustración e impotencia. Un sofisticado universo de irrealidad que destila arcanos e incógnitas a través del más mínimo de sus elementos. “Picnic en Hanging Rock” es pasear por un hechizante bosque, con nuestra mente bullendo y proyectándose para abrazarlo todo, fantaseando sin meta alguna, desatada y descarriada.

* He mencionado arriba que esta película es por lo general encuadrada dentro del género de misterio; también lo es en el fantástico, el policiaco, el drama, el horror. Tiene elementos de todos ellos y más, y dentro de todos ellos supone un aporte de originalidad que la aparta de los derroteros habituales de cada uno. Yo prefiero verla como un drama de misterio, o si me aprietan, como un drama de horror (que no terror). Misterio por la inquietud subyugante que me atenaza desde el primer momento, y la atmósfera creada, donde sin pasar nada, sin que se recurra a treta alguna, lo más inverosímil crees que puede ocurrir, y quizá por ello se la enmarque también dentro del género fantástico, pese a la casi total ausencia de elementos fantásticos explícitos. Y me gusta verla como un drama, y también he dicho horror, porque uno de los puntales de esta película es como el hecho central que nos presenta, la desaparición de las chicas, viene a afectar y vapulear el micromundo en que nos hemos visto involucrados, avivando las ascuas de tensiones latentes, existentes tiempo ha.

* No es película recomendable para quien piense que algo deben contarte para que algo pase, para aquellos que ignoran que hay narraciones que incitan el que algo ocurra en tu cabeza, lo que tiene más valor. Y aquellos que sean dados a “darle al coco”, pero sean altamente sensibles a la frustración, quizá deberían tomarse una tila antes de plantarse ante esta cinta. Porque, aunque para algunos la película puede ser realmente soporífera, quien conecte con ella tendrá la sensación de soñar y despertar de un sueño. “Todo lo que vemos y lo que parecemos no es más que un sueño dentro de un sueño”; con esta cita de Poe, lanzada nada más empezar la película, nos ponen sobre aviso de lo que se avecina. La inclusión de dicha cita me remite a otras similares en otros films (“Alice” de Svankmajer, “Black Moon” de Malle, o “La Bella y la Bestia” de Cocteau) donde se solicita del espectador cierta predisposición a dejarse llevar, cierta relajación o suspensión de algunas inclinaciones prospectivas, para poder gozar de la película, para disfrutar del tono onírico del que se ha intentado dotarla.
Creo que “Picnic en Hanging Rock” es una de las muestras mas totales del logro de esa indefinición e irrealidad, de la consecución del ambiente etéreo que logra la tregua con nuestra vigilancia y alerta. Acaba la película y salimos de un sueño, le damos vueltas y más vueltas a lo soñado, y feliz aquel que de dicho sueño algo extraiga, aunque sea cualquier cosa con la que apaciguarse y quedarse tranquilo.

* Aspectos como la música y el sonido, y parte de la fotografía, parecen tener la labor específica de generar ciertas sensaciones que hagan aflorar nuestra vena pseudomística y romántica. En ese ambiente propicio, imágenes, alusiones, diálogos, comienzan a excitar nuestra imaginación, empujándola a desentrañar el misterio, no solo del asunto “capital” que se supone nos ocupa, sino también el de muchos de los personajes, que son enigmas en si mismos, tan intrincados, que uno acaba con la atención escindida intentando arrojar luz sobre más misterios de los que es capaz de abarcar. Pero el ejercicio es tan gratificante y sugerente, ejercicio intelectual volcado sobre una película cuya belleza plástica es ya de por si exquisita y un reclamo, que quizá de igual el hecho de que puede que Weir solo esté jugando con nosotros, que nos esté dando un magnífico paseo por sus intuiciones y creatividad, para dejarnos al fin en casa, con la mente revuelta y las manos vacías (si habéis visto “La Posesión” de Zulawski os hacéis una idea de la sensación).

* Para ser una película de misterio Weir recurre a una puesta en escena luminosa y naturalista alejada del tenebrismo típico del género, y pese a ello, logra ciertos pasajes que se podrían vincular con el gótico emocional y lúgubre más conseguido. Las últimas escenas con la directora o la figura de Sara son escalofriantes e impactantes a más no poder.
El penetrar los muchos personajes y relaciones de la historia será otra de las venturosas actividades lúdicas a las que puede uno lanzarse durante la película.
El drama latente sobre el que cae salvaje la desgracia que se abate sobre el colegio es un aspecto que suele quedar eclipsado por otras dimensiones del film, pero para mi es uno de los aspectos clave, digno de mención en esta hipnótica propuesta.

* Hay que señalar que tanto la película como el libro en que se basa se promocionaron como basados en hechos reales. La película es tan deslumbrante y hermética, hechizante, que pese a la total falta de datos que corroboren el supuesto verídico hecho, la historia ha acabado en el acervo popular del país, convertida en mito moderno.
De la película se han hecho también lecturas en claves simbólicas, sexuales, o antropológicas.
De mis películas favoritas.