sábado, mayo 31, 2008

Vivir su Vida


Vivre sa Vie
Dir. Jean-Luc Godard
Francia 1962


Nana es una hermosa joven que, agobiada por problemas personales y económicos irá degradándose hasta acabar ejerciendo la prostitución.








* Mi película favorita de Godard, de quien he visto solo media docenita de trabajos.
Este director tiene un estilo que me atrae; me encanta mientras guarda cierta contención, pero me exaspera cuando se desboca. En “Vivir su Vida” veo un par de aspectos que alejan este film de los demás que he visto de Godard (“Al Final de la Escapada”, La Chinoise”, “Masculin, Féminin”…): tiene una narración “lineal” (entre comillas porque es de Godard de quien hablo), de desarrollo más o menos razonable, en lo que a la evolución de la protagonista se refiere; y creo que el personaje de Nana genera una empatía que no logran otros personajes del director, por ser, en mi opinión demasiado impersonales, o incluso caricaturescos. Por lo general, los personajes que he visto en sus películas tienen una dimensión marcadamente intelectual o actitudinal, tan marcada que resultan poco creíbles; que me pueden caer mejor o peor, pero que no me provocan el interés emocional de Nana. Quizá sea porque nos presenta a Nana en el transcurso de su ruina, mostrándonos como ella experimenta y procesa su situación, como la va encajando en el terreno personal (aunque bien es cierto que sin excesiva profundidad), más que desde un punto de vista analítico o ideológico, que es lo que suele pasar con el resto de figuras “godardianas”.
Aún así, la película está llena de reflexiones, en este caso sobre la prostitución y su situación en la Francia de la época. Y aunque Nana tenga un protagonismo tiránico, muy agradecido al deslumbrante trabajo de Anna Karina, de la mano de varios personajes fugaces tenemos un montón de lúcidas perlas discursivas, incrustadas en una narración rota, esporádicamente contenida para largarnos esta u otra cavilación.

* 40 años después de Godard, Moodysson en “Lilja 4-ever” (como ya comenté en la entrada dedicada a la cinta sueca) cometerá la misma villanía que el director galo con Nana: sorber la vida de su personaje con cada secuencia (que acertada es la inclusión de la lectura de Poe). Pero cada escena en la cinta de Godard es un golpe, y un escalón hacía lo inevitable. Cada una de las doce viñetas que el director se digna dedicar a su creación es un paso en falso, y la vida de Nana va quedando atrapada en cada una: una cuenta atrás, marcada por un despiadado reloj cuyas manecillas son sables.


* Como curiosidad, esta película la vi hará relativamente poco tiempo en el cine, cuando por fin fue estrenada en España. No se porque razón la primera escena en el bar me trajo a la mente “La Pasión de Juana de Arco” del grandísimo Dreyer: imaginaos que cara se me quedó escenas mas tarde. ¿Será que en la misma primera secuencia Godard logra transmitir su vampírica intención de arruinar a su protagonista? Como Moodysson 40 años después, y Dreyer casi 40 antes. La pasión de Godard; Nana 4-ever.

domingo, mayo 18, 2008

La Leyenda de la Serpiente Blanca

Hakuja Den
Dir. Kazuhiko Okabe y Taiji Yabushita
Japón 1958

Cuando era niño Xu-Xian tuvo que deshacerse por imposición de sus padres de una serpiente blanca que tenía como mascota. Años más tarde se reencuentran, solo que ahora la serpiente, gracias a la magia, es una hermosa joven enamorada de él, lo que es visto como una aberración por el monje de la ciudad, quien destierra a Xu-Xian.
Las mascotas del joven seguirán finalmente sus pasos para traerlo de vuelta y que sea feliz junto con Bai-Niang, la muchacha serpiente.

* Una maravilla de película. Tan solo en la época clásica y la edad de oro de Disney, y entre las grandes joyas del anime encuentro films de corte infantil que superen “Hakuja Den”, y estamos hablando de una película que por estas fechas cumple 50 años.
Está considerada el primer anime de la historia, y se dice que impactó tanto al maestro Miyazaki que le impulsó a dedicarse a la animación, así como a otros grandes del anime actual, lo que ya es una buena baza para ver esta cinta.

* En cuanto al diseño de animación, por supuesto, hay que tener en cuenta cuando fue estrenada, pero aunque no tengamos el acabado impresionante y conciso, detallista, de la animación moderna, no desmerece, y tiene muchas imágenes de un preciosismo muy bello.

* Como en toda animación que se precie dirigida a los críos, y esto pasaba hasta hace unos diez añitos, se intenta dotar a los personajes de virtudes que hagan de la película no solo un entretenimiento, sino que aleccione a los pequeños en el terreno personal, no sermoneando, pero si presentando atractivos personajes con códigos conductuales y de valores para su desarrollo como persona. Así tenemos una película donde se alaba la amistad, el amor, el valor, la lealtad, etc. Cierto que los personajes, insertos en mundos de fantasía, tienen toda la facilidad para seguir confiados unos preceptos éticos, pero aún así, como drama que es la historia, no todo son rosas en el camino, y lo cierto es que los principios de que hacen gala los personajes son expuestos y cultivados con la llaneza de seres natural y francamente nobles. En relación a esto hay que señalar que, como es muy típico en la animación oriental, mientras hay personajes que son un dechado de integridad, los villanos no lo son tanto, no están desprovistos del todo de cierta dignidad, aunque sea esporádicamente, y siempre se les pilla in fraganti en algún momento haciendo gala de alguna virtud, mostrando que todo el mundo tiene un rasgo loable, y que siempre hay que juzgar desde la más amplia perspectiva. Esto lleva a cierta indefinición que hace a los personajes depararnos muchas sorpresas. Las mismas sorpresas que nos llevamos de mano del relato.

* En el cuento popular occidental de corte fantástico, no solo tenemos personajes arquetípicos muy marcados, sino que también la historia se ajusta a estructuras muy definidas, y podemos siempre presumir con cierta concisión lo que deparará la narración, incluso cuando entra en juego la magia o lo sobrenatural. En “Hakuja Den” lo tenemos más complicado, quizá la mente oriental pueda anticiparse al devenir de estas fábulas, pero a nosotros costará. Así seremos presa fácil del asombro, y sin que nos de una sensación de incongruencia, o al menos es lo que me pasó a mi.

* También destacar el gran componente emocional y dramático que ya revestía esta primera muestra de anime, y que será muy común posteriormente. Se podría decir que cualquier “Cenicienta” o “Blancanieves” tiene asimismo una dimensión dramática, pero esta está encorsetada, y ningún adulto sentirá nada ante las preocupaciones de las princesitas Disney. Ahora bien, los hay muchos que realmente se emocionan ante otras obras de animación, “Hakuja Den” bien pudiera estar entre ellas, y es raro teniendo en cuenta la contención emocional tan habitual en las obras asiáticas.
El caso es que la historia de amor entre Xu-Xian y Bai-Niang es preciosa, igual que el relato de los esfuerzos de los personajes por ayudarse entre ellos y lograr lo que creen justo. Una increíblemente hermosa historia, basada en una leyenda popular, un poco triste pero admirable, e incluso con algún toque políticamente incorrecto (¡!).
Una de esas películas que pondré a mis hijos (en cuanto puedan seguirla con subtítulos: una pena que no sean más conocidas estas obras y tengan tan poca difusión).

sábado, mayo 17, 2008

Henry Fool

Dir. Hal Hartley
EEUU 1997

* Hartley recrea un mundo de barrio obrero estadounidense de forma fría y marchita, y lo puebla de unos pocos personajes contagiados de ese aire glacial y desesperante. Sus personajes no son simples autómatas cumpliendo una mera función en ese páramo urbano, por mucho aspecto y comportamiento zombificado que arrastren. Todos tienen su vida interior y sus conflictos, sus anhelos, pero como el mundo no los ha llevado por el camino deseado, este no parece ofrecer estimulación alguna, y se encuentran emocionalmente desamparados, sin nadie con quien compartir sus angustias –Hartley se encarga bien de aislar afectiva y socialmente a su personajes para generar una soledad cáustica; de hecho, sus suburbios podrían hacer las veces de erial postapocalíptico-, han decidido dejar pasar el tiempo: que el mundo gire a su alrededor, si es que movimiento alguno tiene, y que las sacudidas los afecten, en lo negativo, lo menos posible. Tan solo intentan escapar de ese vacío a través de burdos mecanismos que les dejen la sensación esporádica de no estar irremediablemente frígidos: unos ven un pequeño alivio en el sexo, otros en el alcohol, otros en la violencia, en “amar” al primero que aparece, o en dedicar parte de su tiempo (pues no tiene valor alguno) a proyectos intrascendentes o a convencerse de la incompetencia de una sociedad que no valora sus méritos.

Cuando el protagonista –Simon- se coloca frente a su camión de basuras (es basurero), cuidando de que este mastique y digiera bien los desperdicios, parece estar trabajando codo con codo con un igual: nada, salvo esa vida atrapada que se presiente latir bajo la impertérrita fachada de los personajes, parece marcar una diferencia entre la mole metálica del camión, que de deja manejar cual buey y se tira el día tragando y asimilando escoria, con Simon, su familia y sus conocidos. A Simon el mundo y su entorno lo han echado a perder, han malogrado durante años su talento, y por retraerse en si mismo todos lo creen un poco retrasado –la estupidez también incapacita para distinguir la inteligencia-.

* Me da la sensación de que, con este primer esbozo de lo que de buenas a primeras nos ofrece Hartley, poco valor exportan estas líneas para atreverse a plantarse ante esta película –poca gente se lanza a ver films tan “ornamentalmente áridos”-, pero lo cierto es que desde las primeras escenas se vislumbra el ánimo de los personajes por cambiar mínimamente ese contexto, sus vidas, derivado de la aparición de Henry, quizá quien tenga menos motivo de resentimiento contra la labor abrasiva del mundo, el menos indicado para criticar ese afán opresor, pero que es quien impulsa a los demás, sobre todo a Simon, a una búsqueda que amplíe sus horizontes. Si no fuese por esto, y por que no decirlo, por esa musiquilla tan Hartley que acompaña en todo momento, logrando dulcificar lo que vemos, lo anodino del personal, de la ambientación, o esa cadencia tan contemplativa –y encima lo que debe contemplarse no está a la vista-, haría de “Henry Fool” algo irritantemente áspero. Pero el interés por constatar la capacidad revulsiva de Simon, Henry, Fay, y compañía, al menos a mi me mantuvo seducido en todo momento, lo que Hartley, siempre fiel a su estilo, consigue en cada película.

* Después la película nos hace reflexionar sobre el valor del arte, pues Simon intenta desahogarse de su situación dedicándose a la literatura, tarea para la cual Henry le convence de tener grandes aptitudes. Su poesía está impregnada del aire de los suburbios y del deterioro que estos han causado en la capacidad de Simon por crear verdadero arte, a juicio de la mayoría, aunque a unos pocos subyugue. Esta empresa que inicia Simon lo va reconciliando con su vida, y opera de forma similar en quienes le rodean; paradójicamente, dada la acogida inicial de su obra y la que parece evidente incapacidad de casi todos para entender lo que Simon escribe. Pero lo que Simon escribe parece leerse y sentirse, no entenderse, y mejor para nosotros, porque todo lo que tenemos son opiniones, nunca leeremos parte de texto alguna.

* Hartley nos vuelve a presentar unos personajes de complejidad tremenda; vuelve a descolocarnos con tesón y a golpe de relato; a desbaratar apariencias con una sutileza tenaz; a pintar paradojas y situaciones imposibles de lo más creíbles. No aburriré señalando escenas, pero atención a la de la madre de Simon y el piano: casi un resumen de toda la película en unos segundos. ¿Qué me dice “Henry Fool”? Que el mundo es inmutable, y que en lugar de marchitarnos pensando en los fracasos y frustraciones derivadas de intentar modificar este mundo para adaptarlo a nosotros, seamos nosotros mismos, con los demás y dicho mundo, todo cambiará a su debido tiempo y sea por los motivos que sean: buscar lo mejor desde dentro, sin el referente externo; aceptación y avance, y perder el miedo.

sábado, mayo 10, 2008

Una Historia China de Fantasmas

Sien Nui Yau Wan
Dir. Siu-Tung Ching
Hong-Kong 1987

Soon Ling es un inspector de hacienda que llega a una población a recaudar. Además de no ser muy bien recibido por los contribuyentes, se encuentra con otros problemas: arruina el libro de registro, se queda sin dinero, intentan agredirle… Se ve finalmente obligado a pasar la noche en condiciones penosas, en un viejo templo al cual se dirigen todas las suspicacias supersticiosas del pueblo. Entre los personajes con que se irá topando se encuentra Lit Sin Seen, una extraña y hechizante joven de la que se enamorará.


* Aunque antes de esta película ya podíamos ver en algunas cintas de artes marciales, terror y fantasía orientales las acrobacias, cabriolas e inconcebibles revoloteos a los que nos hemos acostumbrado actualmente hasta el hartazgo en ciertos géneros asiáticos, la verdad es que, o mucho me equivoco, o se puede considerar “Una Historia China de Fantasmas” como uno de los auténticos primeros referentes, en muchos aspectos, y perdonando el lapso de tiempo, de películas como “Tigre y Dragón”, “La Casa de las Dagas Voladoras”, “The Legend of Evil Lake”, “La Novia del Cabello Blanco”, “The Legend of Gingko”, “Crest of Betrayal”, “The Heroic Trio”, y tantas otras.

* Antes de verla había oído hablar de ella, pero no me hacía una idea mínimamente competente de lo que podía encontrar. Lo primero que llama la atención es esa abrupta acción que desde el principio casi atosiga al espectador; ese ritmo desenfrenado y agresivo, que a veces resulta adorable, cuando no un poco ridículo, tan característico del cine de artes marciales genuino. Una brusquedad que salpica todo, no solo las escenas de acción: como si todo el mundo tuviese prisa e hicieran un esfuerzo por acabar cuanto antes, y que a mi me recuerda las clásicas y esperpénticas comedias mudas. Porque entre todos los géneros que toca está película está la comedia, con las risas repartidas entre la caracterización de los personajes, su torpeza o mala suerte que lleva a muchas situaciones absurdas o comprometidas; los desvaríos narrativos y el desaforado acometer del relato y la acción; lo estrambótico de algunos personajes, etc. Si se ha visto “The Heroic Trio” se hace uno a la idea de a que me refiero.

* Algo que me encanta de esta película es la ambientación neblinosa y oscura, de teatrales decorados que, aparte de dar un aire misterioso muy atractivo, da mucho juego al componente romántico que también tiene. ¿Comedia romántica? Pues también podría verse así. A lo tonto, entre oleadas de divertidas situaciones de un humor bastante simple, pero encantador y efectivo, y en un contexto casi guiñolesco, se desarrolla una historia de amor muy, muy apañada, que a mi personalmente me parece muy hermosa. Una historia arquetípica sobre “amor interdimensional” muy común en muchos folclores, pero que no recuerdo se haya tratado mucho en el cine. Y tal como se va desarrollando ese amor imposible, abocado irremediablemente al fracaso, se queda en una muy triste historia, debido al incansable ánimo cómico del film, cuando podría haber resultado una historia realmente doliente. Adoro los vagabundeos por el bosque nocturno de Lit Sin Seen, su espectral presencia, y la tristeza omnipresente que representa su personaje; no hay quien no se enamore de ella.

* También me gustan mucho ciertos pasajes musicales que acompañan magníficamente el ambiente sombrío, pero romántico y fantasioso del film; un film que a muchos amantes de las superproducciones parecerá risible o grotesco, pero que yo percibo entrañable, y que veo de vez en cuando porque, sea por las razones que sean, suele levantarme el ánimo.
Entre la fantasía, la acción, el terror, y la comedia romántica: para pasar un muy buen rato.