sábado, mayo 17, 2008

Henry Fool

Dir. Hal Hartley
EEUU 1997

* Hartley recrea un mundo de barrio obrero estadounidense de forma fría y marchita, y lo puebla de unos pocos personajes contagiados de ese aire glacial y desesperante. Sus personajes no son simples autómatas cumpliendo una mera función en ese páramo urbano, por mucho aspecto y comportamiento zombificado que arrastren. Todos tienen su vida interior y sus conflictos, sus anhelos, pero como el mundo no los ha llevado por el camino deseado, este no parece ofrecer estimulación alguna, y se encuentran emocionalmente desamparados, sin nadie con quien compartir sus angustias –Hartley se encarga bien de aislar afectiva y socialmente a su personajes para generar una soledad cáustica; de hecho, sus suburbios podrían hacer las veces de erial postapocalíptico-, han decidido dejar pasar el tiempo: que el mundo gire a su alrededor, si es que movimiento alguno tiene, y que las sacudidas los afecten, en lo negativo, lo menos posible. Tan solo intentan escapar de ese vacío a través de burdos mecanismos que les dejen la sensación esporádica de no estar irremediablemente frígidos: unos ven un pequeño alivio en el sexo, otros en el alcohol, otros en la violencia, en “amar” al primero que aparece, o en dedicar parte de su tiempo (pues no tiene valor alguno) a proyectos intrascendentes o a convencerse de la incompetencia de una sociedad que no valora sus méritos.

Cuando el protagonista –Simon- se coloca frente a su camión de basuras (es basurero), cuidando de que este mastique y digiera bien los desperdicios, parece estar trabajando codo con codo con un igual: nada, salvo esa vida atrapada que se presiente latir bajo la impertérrita fachada de los personajes, parece marcar una diferencia entre la mole metálica del camión, que de deja manejar cual buey y se tira el día tragando y asimilando escoria, con Simon, su familia y sus conocidos. A Simon el mundo y su entorno lo han echado a perder, han malogrado durante años su talento, y por retraerse en si mismo todos lo creen un poco retrasado –la estupidez también incapacita para distinguir la inteligencia-.

* Me da la sensación de que, con este primer esbozo de lo que de buenas a primeras nos ofrece Hartley, poco valor exportan estas líneas para atreverse a plantarse ante esta película –poca gente se lanza a ver films tan “ornamentalmente áridos”-, pero lo cierto es que desde las primeras escenas se vislumbra el ánimo de los personajes por cambiar mínimamente ese contexto, sus vidas, derivado de la aparición de Henry, quizá quien tenga menos motivo de resentimiento contra la labor abrasiva del mundo, el menos indicado para criticar ese afán opresor, pero que es quien impulsa a los demás, sobre todo a Simon, a una búsqueda que amplíe sus horizontes. Si no fuese por esto, y por que no decirlo, por esa musiquilla tan Hartley que acompaña en todo momento, logrando dulcificar lo que vemos, lo anodino del personal, de la ambientación, o esa cadencia tan contemplativa –y encima lo que debe contemplarse no está a la vista-, haría de “Henry Fool” algo irritantemente áspero. Pero el interés por constatar la capacidad revulsiva de Simon, Henry, Fay, y compañía, al menos a mi me mantuvo seducido en todo momento, lo que Hartley, siempre fiel a su estilo, consigue en cada película.

* Después la película nos hace reflexionar sobre el valor del arte, pues Simon intenta desahogarse de su situación dedicándose a la literatura, tarea para la cual Henry le convence de tener grandes aptitudes. Su poesía está impregnada del aire de los suburbios y del deterioro que estos han causado en la capacidad de Simon por crear verdadero arte, a juicio de la mayoría, aunque a unos pocos subyugue. Esta empresa que inicia Simon lo va reconciliando con su vida, y opera de forma similar en quienes le rodean; paradójicamente, dada la acogida inicial de su obra y la que parece evidente incapacidad de casi todos para entender lo que Simon escribe. Pero lo que Simon escribe parece leerse y sentirse, no entenderse, y mejor para nosotros, porque todo lo que tenemos son opiniones, nunca leeremos parte de texto alguna.

* Hartley nos vuelve a presentar unos personajes de complejidad tremenda; vuelve a descolocarnos con tesón y a golpe de relato; a desbaratar apariencias con una sutileza tenaz; a pintar paradojas y situaciones imposibles de lo más creíbles. No aburriré señalando escenas, pero atención a la de la madre de Simon y el piano: casi un resumen de toda la película en unos segundos. ¿Qué me dice “Henry Fool”? Que el mundo es inmutable, y que en lugar de marchitarnos pensando en los fracasos y frustraciones derivadas de intentar modificar este mundo para adaptarlo a nosotros, seamos nosotros mismos, con los demás y dicho mundo, todo cambiará a su debido tiempo y sea por los motivos que sean: buscar lo mejor desde dentro, sin el referente externo; aceptación y avance, y perder el miedo.

4 comentarios:

Diego Faraone dijo...

Hal Hartley es un director que nunca exploré a fondo. Creo que vi una sola peli hace tiempo y ni siquiera me la acuerdo bien.
Tu artículo está buenísimo, y me dan ganas de darle otra oportunidad. Un abrazo!

Antonio Rando dijo...

Hola faraway.

Hartley es de esos directores que uno va conociendo en toda su amplitud a cada película que ve, porque es siempre fiel a si mismo y su estilo y siempre tiene algo que decir. Aparte de esta son también jodid… buenas “Simple Men” y “Trust”, de la que tengo una reseña por ahí. “The Book of Life” y “Amateur” son interesantes también, pero te recomiendo esta y las dos que señalo arriba.

SALVD.

nn dijo...

De Hal Hartley solo he visto Flirt y me parecio una buena cinta.... espero ver mas de este realizador...!!!!

Antonio Rando dijo...

Hola Psicodeliazombie.

Pues yo me he visto 5 de Hartley, pero no “Flirt”, dado el nivel que me ha demostrado en las vistas, habrá que verla.