
Dir. Yeo Gyun Dong
Corea del Sur 2006
Un jefe mafioso coreano tiene a su cargo a su padre; un anciano aquejado de un incipiente alzheimer, y obsesionado con visitar su pueblo natal en Corea del Norte. Para cumplir los deseos de su padre, y de paso conseguir que deje de dar problemas, no se le ocurre mejor idea que mandar a sus hombres secuestrar a un director de cine para que monte una farsa con que engañar a su padre. La idea parece simple: solo hay que hacer creer al anciano que esta en Corea del Norte; que ha visitado un par de lugares; y que se ha hecho alguna que otra foto que conservar hasta el día de su muerte; pero no será tan fácil. La gente de la que se rodea el director para llevar a cabo el montaje no es la más adecuada; las condiciones no son las idóneas; y nadie podía pensar que un anciano con alzheimer fuese a crear tantas dificultades.

* La película supone una sucesión sin fin de escenas divertidísimas, encadenadas sin descanso una tras otra. Es un humor absurdo y situacional, manejado con tacto, que respeta el tema de fondo al que alude la película; el de la separación de familias entre las dos Coreas. Es un tema delicado; así al menos lo entiendo yo; y no se como se tomarán en Corea del Sur el hecho de que se traten dichos temas en el cine. Siempre que el cine aborda asuntos tan espinosos, a más peliagudo el tema, más se opta por la sobriedad del drama; y hay que tener

De hecho, en las escenas donde se refleja, aunque sea minimamente, la problemática de la separación familiar, la película abandona su tono jocoso, y hace pequeñas

Pero si la película no arroja una mirada burlesca sobre este problema, sí que lo hace, en cierta medida, sobre la situación que viven los dos países; en lo referente a las visiones, creencias y convicciones, que los ciudadanos de uno y otro lado de la frontera tienen del vecino; muchas de las hilarantes situaciones brotan del efecto que toda la parafernalia comunista desplegada por los protagonistas tiene sobre las personas con las que se van cruzando. Aparte de esto, toda la carga de humor se asienta en las disparatadas situaciones que provocan: la ineptitud e insensatez de los torpes actores; la del ganster encargado de vigilar el éxito de la misión; el anciano padre con alzheimer, pero la suficiente desenvoltura para causar un sinfín de dificultades; el director, que poco a poco irá

* Lo conmovedor, a mi modo de ver, no solo está en ese pequeño puñado de secuencias que retratan el anhelo y la esperanza de muchos coreanos por volver a ver a sus familias: cuando los ancianos vecinos del abuelo dan al director cartas, fotos y demás, para que las entregue a sus familias en el norte; las sensaciones y sentimientos del anciano, en contacto con lo que él cree que es Corea del Norte; el encuentro con otra anciana con alzheimer en una de sus escapadas, ... lo conmovedor está también en la transformación de muchos personajes, de los encargados de la farsa. Todos se van encariñando con el abuelo, y aparte de meter al director en más de un atolladero por salirse del plan previsto,

* Seguramente alguien podrá hacer un análisis más profundo sobre esta película; yo me quedo con lo conmovedor y con su humor desbordante.
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