viernes, octubre 20, 2006

Orgullo y Prejuicio


Pride & Prejudice
Dir. Joe Wright
Francia / Gran Bretaña 2005



El señor Bingley, acompañado de su hermana, ha llegado a la región donde ha adquirido una propiedad. Es un joven apuesto y rico, y su llegada causa todo un revuelo entre la comunidad; rompe la monotonía de la vida en la campiña inglesa, proporcionando un tema de conversación para una buena temporada, y todo un programa de presentaciones, visitas, fiestas, bailes, etc. Su llegada es todo un acontecimiento para los Bennet, y sobre todo para la madre, deseosa de emparejar por todos los medios a sus cinco hijas. Estas no heredarán la granja familiar, y casarlas les asegura un futuro. La mayor, Jane, parece haber hecho buenas migas con el señor Bingley, y todos se felicitan dando la boda por hecha. Pero por alguna razón estos planes se truncan.No será este el único problema en relación a temas matrimoniales que se le presentará a los Bennet. Y entre todos los problemas, la tozuda e idealista Lizzie parece empeñada en descifrar el enigma que supone el atractivo pero intratable Darcy, amigo de Bingley. Los prejuicios y el orgullo de todos darán pie a más de un malentendido y disputa.


* Brillante en todos los sentidos. Joe Wright consigue combinar con tacto y sumo gusto el espíritu dieciochesco del relato de Austen con un tono moderno, fresco y desenvuelto, que hace más cercano al público actual este retrato de época.

* Para aquellos que hayan leído la novela, hay que decir que la historia recogida en la película es totalmente fiel al hilo argumental del libro. Wright selecciona de forma acertadísima los momentos y elementos clave del relato, disponiéndolos de la manera más adecuada a las pretensiones de su film. Consigue una narración totalmente sólida, sin lagunas ni altibajos, donde la evolución y el devenir experimentado por algunos de los personajes son los que debe ser; los que de forma natural dicta el transcurrir de la historia. Todo fluye con un liviano ritmo que nada deja escapar, y nada resulta forzado. El conseguir captar lo esencial del relato, en lo que a los personajes y a la historia se refiere, junto con el ágil ritmo que se imprime a la narración, logra lo que el estilo de Austen en la novela: despertar interés sobre unos hechos que no dejan de ser ñoños, pero que están expuestos de tal forma, con tal detalle, que acaban atrapando al espectador. La perfecta urdimbre de la historia y la soberbia descripción y retrato de los personajes es lo que engancha.

* Bien por Wright en su elección del estilo cinematográfico para abordar el film. Le otorga lo que el literario a Jane Austen: la capacidad de atrapar al público hilvanando una historia perfecta en unas formas exquisitas.


* También todos los personajes, casi tantos en la pantalla como en el relato, parecen haber salido tal cual de las páginas del libro. A grandes rasgos, se les ha dotado de los mismos atributos; se les ha caracterizado igual. El tratamiento de todos ellos es excelente, a lo que sin duda contribuye el trabajo de los actores. Todos acometen sus personajes con tino, y algunos nos ofrecen unas interpretaciones fantásticas: Brenda Blethyn, Rosamund Pike, Donald Sutherland, y una exquisita y asombrosa Keira Knightley. La escena final entre D. Sutherland y K. Knightley es acoj...

* Como en la novela, más que la historia en sí (por muy lograda que esté, y por mucho que al final nos enganche), lo importante son los personajes. Los personajes con su historia individual; su personalidad; con su manera de afrontar las situaciones que se irán sucediendo, y en las que se verán complicados; el continuo duelo entre caracteres, personalidades, y formas de ver y sentirlo todo; es la forma en que se debaten entre sus inclinaciones y las circunstancias. Esto es más relevante que la trama central, que aunque perfectamente trazada, y reflejo de lo anterior, sigue siendo frívola y trivial (excepto en lo que respecta a la pugna entre los caracteres de Darcy y Lizzie). Lo que en definitiva engancha al espectador son los personajes; y lo desengancharían fallos de guión, o una narración vacilante si la hubiese; pero no es el caso.

* La película tiene también sus momentos cómicos, bastante agradables, y asimismo, más o menos fieles a la novela; esgrimiéndolos en las mismas situaciones, o a través de los mismos personajes que esta. De lo que no se hace eco la película es de la sutil sátira fundamental en el relato. Aunque los momentos de humor del film estén a veces dotados de la misma agudeza que despliega el libro, no se llega a recoger toda la sutil carga irónica de este. A cambio de esto, Wright deja de lado la frialdad de la historia, tal como Austen la narra, y confiere a su película un contenido emocional que no tiene el libro. Resulta así una película conmovedora y emotiva, a ratos poética y romántica (más por el aparato visual que por la historia o los personajes en sí), pero sin excesos; lo suficiente para tocar la fibra sensible al espectador sin apuñalar el temple de la novela.

* ¿Y que es lo que Joe Wright, el cine, o el siglo XXI ofrecen a Jane Austen? Una fotografía para quitarse el sombrero; alucinante. Los exteriores y escenarios naturales son de fábula, y los decorados y la ambientación de época magnífica. Visualmente la película es un manjar, y ciertos alardes técnicos eliminan el posible estatismo de las imágenes para que estas compartan la general vitalidad de todo el film. Algunas escenas y planos son verdaderamente para extasiarse y recrearse en ellos; algunos me han recordado pinturas; obras de arte en sí mismos. Vestuario, arquitectura, ... todo cuidadísimo. Preciosa es también la música elegida para acompañar muchas escenas.

* Me ha encantado el continuo manejo de la cámara en toda la película. Junto con la vitalidad de la narración y de los actores, favorece el estilo actual que se le ha querido imprimir al film. Escenas como la de la fiesta, con la cámara recorriendo las diferentes estancias mientras los personajes entran y salen de imagen; la de Lizzy en el columpio; esa en que recorremos la fachada de la casa deteniéndonos en las ventanas; el recorrido por los salones y habitaciones de la mansión de Darcy cuando la visitan Lizzie y sus tíos, ... excelente.

* Lo dicho; gran acierto de Joe Wright a la hora de acercar este drama de época a un público actual, dotándolo de una frescura, un ritmo, y una estética atrayentes para el espectador moderno, pero siempre consciente de que lo que ha de retratar es el ambiente de la campiña inglesa y la alta sociedad de hace más de dos siglos, tal como lo retrata un clásico del momento. Y para dar ese toque actual no recurre ni a machacarnos con música moderna, ni a un lenguaje vulgar o actual (por cierto, los diálogos de la película son también fabulosos). Tampoco acude a un ritmo violento o atropellado, o a una estética chocante ni kitsch; lo hace con una sensibilidad y un tacto del que debieran aprender muchos. La trasgresión para cuando sea necesaria.



* Un diez para Wright por su gran trabajo; atento a la obra, a los requisitos del cine actual, y a sus propias inquietudes como realizador.


miércoles, octubre 18, 2006

Night Tide


Dir. Curtis Harrington
EEUU 1961



Durante uno de sus permisos en la armada, John visita una pequeña ciudad costera americana. Allí conoce a Mora, una enigmática muchacha que trabaja en una barraca de feria, disfrazada, simulando ser una sirena.
Mora es encantadora; tiene sus rarezas, pero simplemente es por ser una romántica. John está encantado por haberla encontrado.
Pero el comportamiento de Mora se va haciendo cada vez más extraño, y John empieza a preocuparse y a indagar sobre su vida. Las personas cercanas a ella la narran historias rocambolescas: desde que Mora es una sirena de verdad, hasta que asesinó a los dos chicos con los que salió antes de salir con John.
John, que se enroló en la armada para conocer mundo, se verá atrapado ahora en el más extraño de ellos sin salir de tierra.


* Es extraño que nunca hubiese oído hablar, o hubiese leído, nada sobre esta oculta joyita de horror-misterio. Di con ella casualmente en TV., la vi por curiosidad, y me ha parecido realmente fabulosa; no se como no la he visto incluida nunca entre las típicos listados de clásicos del fantástico, sobre todo, porque, aparte de ser maravillosa, esta protagonizada por Dennis Hopper.

* La película tiene muchos puntos en común con La Mujer Pantera, clásico de Tourneur de 1942: las referencias legendarias; la cándida protagonista venida de la cuna del mito; el romance imposible; la fémina siniestra, salida del mismo mundo, que se le presenta a la protagonista y la aborda en su idioma; un poco de patología; una paulatina dramatización del relato, y otros aspectos comunes, que no indicaré para no desvelar demasiado. El film, como el de Tourneur se vuelve más dramático y sombrío a medida que avanza.
También comparte con la obra de Tourneur el aura inquietante, aunque no tenga una atmósfera tan oscura. Se centra en forjar un clima de misterio, para desarrollar en él una historia sencilla. Traslada al siglo XX el mito griego de las sirenas, con sus peculiaridades y excentricidades (la película es un pelín psicodélica), situándolo en una ciudad costera norteamericana. Al interés por la sencilla historia contribuyen la pareja protagonista: un convincente Dennis Hooper, y una Linda Lawson que nos brinda un personaje inquietante y sensual, atrayente, conmovedor, y a la vez terrorífico. El personaje de Mora, que desde un principio resulta hechizante, va poco a poco haciéndose mas fascinante según avanzan la historia y las revelaciones de los personajes; al final cautiva. Con tales protagonistas; el atractivo y perturbador personaje de Mora; la historia bien llevada, y la atmósfera enigmática y un poco psicodélica, el film tendría todas las papeletas para estar en un pedestal entre otras obras de culto.

* Hay que reseñar que las referencias a la mitología, junto con el contenido emocional, y también psicológico, que va ganando la película a medida que avanza, dan un genial toque romántico, bien hermanado con ciertos aspectos bizarros del film.
Solo se usa el mito griego para introducir el personaje de Mora con su historia; dar un tinte poético, sin explotarlo demasiado, ni excederse sobre él; cosa que quizá hubiese estropeado la película. Todas esas alusiones folclóricas; la quimérica atmósfera; los rumores; la mirada de Mora, son los que disparan la fantasía e imaginación del espectador, pues no hay elementos fantásticos explícitos. La película es lo bastante sensual y sugerente como para poder prescindir de ellos.

sábado, octubre 14, 2006

The Hidden Blade

Kakushi ken oni no tsume
Dir. Yoji Yamada
Japón 2004



Munezo es un samurai de baja alcurnia que, pese a no vivir rodeado de comodidades ni lujos, lleva una vida plácida rodeado de sus seres queridos: su anciana madre; su hermana; el prometido y después esposo de esta; y Kie, una joven criada, hija de un granjero cercano, por la que siente un gran afecto.

En el país se vive una tensa situación por las desavenencias entre quienes quieren modernizar Japón, especialmente en lo tocante al ejercito, y aquellos que quieren mantener el espíritu guerrero tradicional, no adoptando las nuevas armas y formas extranjeras. Poco a poco la situación se agravará afectando directamente a Munezo.
Además su afecto por Kie se redoblará, convirtiéndose en amor. Llegará a sacarla de casa de su esposo, el cual la maltrataba, y llevarla consigo. Dadas las circunstancias de ambos, esto lo pondrá en un serio aprieto ante la comunidad.

Munezo en un corto espacio de tiempo se verá enfrentado a varias situaciones a las que deberá plantar cara, antes de que estas lo arrollen.




* En The Hidden Blade, Yamada vuelve a repetir la misma fórmula que tan bien le resultó en la igualmente magnífica El Ocaso del Samurai. Estamos ante un drama de época, emotivo y poético, que nos retrata sin estridencias el mismo ocaso de un mundo tradicional que nos exponía la anterior película.

* No hay que esperar, como podríamos colegir del título, o algún fotograma, una película de acción o artes marciales, ni el despliegue colorista y ornamentalmente recargado de los últimos dramas épicos orientales. Tenemos en The Hidden Blade un film minimalista, de ambientación cuidada con esmero, con unas tonalidades de colores apagados y unos decorados que remiten al cine clásico de época japonés (al menos para un simple aficionado como yo).

* No tan impregnada del patetismo de El Ocaso ... de nuevo tenemos a unos personajes debatiéndose entre la espada y la pared, entre las dificultades que les expone la vida y ese mundo cambiante que les ha tocado vivir, el cual parece que venga a modernizar Japón en todos los sentidos, no solo materialmente, sino también para borrar todos los valores tradicionales, y corromper el espíritu de las gentes del país. De forma conmovedora, pero también bastante más cruda, emocionalmente hablando y en comparación con El Ocaso ..., se nos presenta una serie de personajes atropellados, zarandeados, tanto por la nueva maquinaria y los nuevos esquemas extranjeros que se intentan implantar en Japón, como por las más míseras bajezas humanas. Y es que en esta película podemos apreciar un buen desfile de los rostros mas amargos del alma humana, y de sus miserias. No es que estemos ante Haneke, Solondz, o Von Trier, pero el mundo que rodea a los protagonistas, el panorama que se extiende ante ellos, es por momentos desolador; de hecho deben escapar de él.

* Se nos habla del amor, la amistad, la lealtad, el honor, la venganza, ... todo sin aspavientos, con sensibilidad, de forma que, lejos del contexto histórico en que nos situamos, de las katanas, samurais, referencias al espíritu guerrero y a la política, etc, lo que realmente engancha al espectador es como los personajes van afrontando todas las desdichas que se les presentan. Lo que tira de nosotros es el interés que los personajes despiertan desde el primer momento, ver como evolucionará todo, para asegurarnos de que llegan a buen puerto.

* Tenemos de nuevo un protagonista continuamente asolado por encrucijadas, enfrentado a decisiones cruciales de las que depende su futuro, su situación y el bienestar de él y de quienes le rodean. Enfrentado al nuevo mundo que se intentan implantar, barriendo las tradiciones nacionales, vivido de forma aún más lastimera por un samurai; a las conveniencias sociales; a un amor casi imposible dada las circunstancias de la pareja; a unas autoridades corruptas y faltas de honor; a tener que elegir entre la lealtad a un viejo camarada o a su clan. Todo este cúmulo de cosas, a primera vista, hacen la historia más rica que en la anterior película de Yamada, tiene un ritmo más desenvuelto, y los personajes están mejor perfilados y caracterizados psicológicamente; aunque tenemos a Munezo como protagonista principal, no eclipsa a los demás personajes, como creo que hacía el protagonista de El Ocaso ... No solo esta excepcionalmente construido el protagonista, sino otros muchos que le rodean. Varios personajes son de lo más entrañables, y las interpretaciones de lo más naturales.

* Tiene también el film sus toques de humor. Las escenas en que el instructor venido de Endo debe enseñar y aleccionar a los samuráis sobre la guerra moderna son fantásticas y arrancan alguna que otra amplia sonrisa (o incluso carcajada).


* Lo dicho; la misma fórmula y esquemas de El Ocaso del Samurai. Personajes que se debaten entre sus inclinaciones y las normas que dictan la sociedad y el progreso. Una historia currada, bien trazada, y desarrollada con habilidad; sin fisuras. Emotiva y conmovedora. Cuidadísima ambientación, así como esmeradísimo es el tratamiento de los personajes. De elaboración magistral. Excelente.

viernes, octubre 13, 2006

Three Times (Tiempos de Amor, Juventud y Libertad)

Zui hao de shi guang
Dir. Hou Hsiao-Hsien

Taiwán / Francia 2005


1966, Kaohsiung: Un Tiempo para el Amor.

A los billares donde Chen suele ir a jugar unas partidas de vez en cuando llega una nueva chica a trabajar, May. Ambos se atraen, pero Chen debe irse a hacer el servicio militar; prometen escribirse. Un tiempo después, durante un permiso, Chen vuelve para visitar a May, descubriendo que se ha marchado a trabajar a otra ciudad. No cejará en su empeño hasta dar con ella.

1911, Dadaocheng: Un Tiempo para la Libertad.

Historia de amor imposible entre un diplomático y una cortesana durante la invasión Japonesa de Taiwán. Las circunstancias de ambos y el momento histórico que viven impiden su relación.

2005, Taipei: Un Tiempo para la Juventud.

Jing es una extravagante cantante de trip-hop que engaña a su novia con Zhen, un fotógrafo, el cual hace lo propio con la suya. Ambos se enfrascan en una relación de amor disipado.



* Three Times es cine artesanal e intimista, cuya modestia y sencillez embellecen aún más las imágenes que desfilan ante el espectador. Nos ofrece tres historias de amor en tres épocas diferentes, respondiendo supuestamente tales relaciones al momento y las circunstancias; aunque la verdad es que siendo tan intimista la propuesta es difícil captar los detalles de esa correspondencia. Se nos arroja de tal forma dentro de la privacidad de los protagonistas, de la intimidad de sus relaciones, exponiéndonos de manera tan franca y natural sus sentimientos y emociones, que no existe más que el mundo delimitado por esa relación y su experiencia personal. Uno tiene la sensación de ser quien empuña la cámara, o de ser el personaje presente, pero que nunca aparece en imagen, teniendo más importancia que cualquiera de los demás, de los que rellenan planos alrededor de la pareja protagonista. Me ha extrañado que en ningún momento la pareja se haya dirigido a mi, me haya observado, o me haya hecho confidencia alguna.


* La película nos habla del amor platónico, del imposible, y del disipado y la infidelidad, y no solo cada relación va a concernir al contexto temporal en que se sitúa, si no que a este atañe también el tratamiento estilístico que se le de a cada episodio. Tienen los tres en común la sensibilidad con que se trata a los personajes y sus relaciones.
Las historias se sitúan a principios y mediados del siglo pasado, y en la actualidad.

* También tienen en común las tres historias la parquedad de sus decorados. La primera gira prácticamente en torno a una mesa de billar; la segunda se sitúa en unas pocas estancias, habitaciones, que bien podrían ser la misma tomada desde diferentes ángulos; y la tercera, no ahorra tanto en enclaves, pero supone la misma apuesta por la austeridad. Esta privacidad con los personajes nos los hace más cercanos, y consigue imbuir el ambiente del ánimo y los sentimientos que embargan a los protagonistas, sin que nada de lo que nos intentan transmitir se escape por fisura alguna.

* Todo el film tiene un ritmo cadencioso y templado, de una balsámica serenidad, donde fluye una narración, en clave no de acción, sino sentimental; en el primer episodio, durante más de 20 minutos la historia, si historia pudiésemos llamarle, transcurre en una sala de billar, con algún que otro perezoso movimiento de cámara, donde se nos presenta a los protagonistas. Me impresiona como la película invita al espectador a ir generando su propia historia sobre los personajes, dándole de vez en cuando señales y llamadas de atención para que no se descarríe demasiado, y esto a base de unos pocos planos de una sencillez apabullante. Es el espectador quien debe rellenar los huecos narrativos que siembra la película, y uno de los cometidos del director es guiarnos para no salirnos por la tangente y perdernos. Es necesaria cierta complicidad con la película, cierta empatía para intuir lo que no se nos cuenta. Cine constructivo.
El contenido emocional de la historia que me forjo me lo dan las acertadas interpretaciones, acertadas excepto la de Qi Shu (la protagonista), que es sencillamente exquisita. Transmite todo sin apenas despegar los labios, e incluso, como en la segunda historia, a despecho de los propios diálogos; como si estos no fuesen con su personaje, o más bien, con lo relevante para este, que no es otra cosa que la relación que desearía con su compañero, y la incertidumbre que la rodea.

* Otro de los aspectos que me han encantado es el hecho de que para ir exponiendo las historias, e introducirnos en las relaciones, no se recurra a interminables diálogos. Dado lo contenido de la acción y el pulso narrativo, sería un recurso corriente, pero serán las imágenes y la fisonomía de los protagonistas las que hablen por si solas, transmitiendo más que el texto más extenso. Incluso en la segunda historia, que da mucha más cabida a los diálogos entre los personajes, la comunicación no verbal, el lenguaje de la expresión física, es el que despliega toda el contenido emocional del relato. Pues en esta segunda historia los diálogos están más encaminados a ser un complemento que recree un marco histórico, que a exponernos la privacidad de la pareja (por cierto, es la misma en las tres historias).
Curioso en esta segunda historia es que, situándose a principios del siglo pasado, el episodio es a color, pero mudo y con rótulos para los diálogos, lo que viene, con lo anterior, a resaltar aún más la importancia del lenguaje físico, del movimiento, aquel que narra con gestos, miradas, ademanes, etc.

* Mi episodio favorito es el primero, quizá por su lirismo sin artificio, y por supuesto, por los lugares y bondades comunes a los tres, y que he ido señalando. Es el que de manera mas llana y cordial nos introduce en la órbita emocional de los protagonistas. En el segundo nos encontramos cierta variación sobre la misma propuesta; cambia la ambientación, y se nos ofrece una puesta en escena igual de recogida, pero algo más cargada y teatral. La tercera historia pierde en mi opinión algo de comba, pero es igualmente interesante; no se si será por la imagen, el ambiente, o vaya usted a saber, pero me parece un Wong Kar-Wai meets Hal Hartley ... para que se hagan una idea.
* La sencillez y la emotividad al poder; y ya de paso, si es a través de una propuesta atrayente e interesante... mejor.

viernes, octubre 06, 2006

Jane Eyre


Dir. Franco Zeffirelli
Francia / Italia / Gran Bretaña 1996


Tras años de privaciones y maltratos; de una infancia gris y amarga, con la pérdida de sus padres y su tío; de haber pasado su infancia y juventud entre seres despreciables y en un sórdido orfanato, parece que la vida de Jane va a tomar un nuevo rumbo.
No solo ha conseguido sobrevivir al orfanato, sino que ha llegado a convertirse en maestra, y ahora esa formación lograda a base de esfuerzos le permitirá abandonar el orfanato y comenzar una nueva vida; empezando por un trabajo de institutriz al cuidado de la pequeña hija de un gran señor.
El pasmo por la magnificencia de su nuevo entorno y por la cordialidad de quienes le rodean dará paso a una existencia plácida y tranquila. Esta serenidad durará tan solo unos meses, hasta la llegada del señor Rochester.
El dueño de Thornfiled Hall es un hombre de personalidad y carácter fuerte, desabrido y hosco; pero también noble e inteligente. En cierta medida, él y Jane se parecen mucho, lo que hará que se sientan atraídos el uno por el otro. Pero esta atracción se ve truncada por el complejo de Jane y el turbio y oscuro pasado de él, añadiendo aun más desconsuelo a sus vidas.


* Jane Eyre de Zeffirelli es de las pocas películas que he visto basadas en un clásico de la literatura, que se ven sin caer en el hábito de hacer continuamente, queriendo o sin querer, comparaciones con el libro. Esta película tiene tal solidez y calidad que se impone por si misma sin recurrir a las tan manidas referencias a la obra en que se basa.
De todos modos, yo diría que si no se puede evitar el cotejar, pocos de los que disfrutaron con la novela acabarán muy decepcionados con la película. Dejando de lado el hecho de que toda adaptación cinematográfica es una simplificación brutal e integral, en todos los aspectos, de una obra literaria, se puede decir que, en líneas generales, se ha respetado la obra; desde la línea narrativa a la caracterización de los personajes. Podría decir que el film es fiel al libro. Esto último a veces parece suponer una alabanza completa y definitiva a una película, como si esta, respetando el libro resolviera la cuestión de su calidad y solvencia. La cuestión es que, pese a que yo mismo lo acabo de soltar, una película no puede ser fiel a un libro, como silbar una melodía no puede ser fiel a una obra de Wagner o Chopin. Fuera de esto, esta película, además de no permitirse más licencias de las permitidas a la hora de ceñirse al devenir narrativo del relato, así como a la naturaleza de los personajes, tiene la virtud de que se erige en obra en sí, sin pretensión de analogía, pero que refleja una especial sensibilidad de sus responsables hacía la novela de la que parte.
La película comienza con unos minutos que, a modo de introducción, nos narrarán las desventuras de la joven Eyre, con su tía y en el orfanato. Dicha especie de prólogo está bien llevado. A mi personalmente ni me sedujo, ni me resultó enojoso, pero es a partir del momento en que Jane, ya adulta, abandona la institución para ir al encuentro de su nueva vida, cuando un inspirado Zeffirelli pone en juego toda su destreza y borda una obra magnífica y convincente donde destacan varios elementos.

* En primer lugar, tenemos una ambientación de época espléndida; con una fotografía magnífica. Tanto los bellos y bucólicos paisajes de la campiña inglesa donde se enclava Thornfield Hall, como la propia mansión donde acabará Jane de institutriz, son majestuosos y logran verdaderamente la atmósfera precisa que requiere la historia. La presencia de la mansión es impresionante; tanto el exterior como el interior, recreando una ambientación gótica logradísima donde dar rienda suelta a esta historia oscura y de intensa carga emocional. El aspecto laberíntico y semiabandonado del interior del edificio resulta imponente y, a ratos, desolador; desconcertante; perfecto para desarrollar el relato. En general, todo el aspecto estético, de recreación y ambientación, es impresionante. Un poco de decadente belleza y de goticismo misterioso e inquietante; sutil pero a la vez opresivo.

* Aparte de la ambientación de lujo, conseguidísima, contribuye a atrapar al espectador una historia desarrollada con un pulso certero y diestro, afianzando una narración vigorosa de ritmo ágil. Si a esto añadimos lo emocionante del relato; desgarrador a veces, con su componente de misterio, y unos personajes atrayentes y cincelados psicológica y emocionalmente con maestría, tenemos unos cuantos ingredientes para elaborar todo un manjar cinematográfico.

* Por último, añadir que William Hurt y Charlotte Gainsbourg nos regalan unas interpretaciones intensas, poderosas, y realmente convincentes e intachables. Gran parte de la impresión que me causó esta película quizá se deba al trabajo que en ella realizan estos dos actores. Las secuencias en que sus personajes llevan conjuntamente la voz cantante son soberbias. Nada de excesos ni exageración gratuita. Conducen sus personajes con la fuerza y dramatismo que estos exigen. Perfectos.

* En definitiva, película intensa, enérgica y dramática; tenebrosa y inquietante por momentos; de un romanticismo oscuro y exaltado; hermosa y emocionante. Poderosa imaginería, interpretaciones apabullantes, historia y personajes fascinantes, ... Para los amantes del goticismo y el romanticismo trasnochado, así como del cine consistente y hecho con convicción y determinación.

lunes, octubre 02, 2006

La Chinoise

Dir. Jean-Luc Godard
Francia 1967



Cuatro jóvenes franceses que comparten piso a finales de los sesenta intentan conformar una célula de acción política de corte marxista-leninista. Convertirán el piso en sede de esta unidad política autónoma, y desde él llevarán a cabo sus actividades. Unas cámaras de televisión se introducirán en el piso para llevar a cabo un supuesto reportaje, y se nos irá narrando la evolución de dicha célula y de sus miembros, además de ofrecer un documento sobre la inquietud política del momento.




* He de decir que Godard me gusta por momentos. Su estilo es francamente interesante, pero la forma de desarrollar sus crónicas y planteamientos, en las pocas películas suyas que he visto, vapulea de tal forma la narración, que cuando menos sus películas se hacen enojosas. En La Chinoise no abandona su estilo, y en cambio, esta vez, toda la parafernalia, la teatralidad, las transiciones bruscas, los incisos gratuitos, y las copiosas divagaciones de los personajes, se incorporan a la película de forma que la dotan de un atractivo dinamismo que mantiene el interés de la propuesta durante todo su metraje.


* La película es una ficción total, de discurso aparatoso y estridente, pero planteada a modo de documental. Nos da una visión sui géneris de parte de esa juventud de inquietudes socio-políticas que contribuyó a crear el ambiente donde se gestó el mayo del 68. Con un discurso a veces poético, pero las más de las veces expeditivo y diligente, articulado a base de, a mi parecer, magníficos diálogos y soliloquios, vemos a los protagonistas maniobrar en una vorágine de análisis ideológicos, políticos, sociales, y culturales; análisis que digeridos y esgrimidos de una u otra forma, van dictando la evolución del aparato ideológico que los jóvenes han integrado en su célula comunista. Esta evolución ideológica y de actitudes de los miembros del grupo y de la célula en sí, supone la narración, pero esta resulta tan pródiga en disertaciones ideológicas, impulsivos “entreactos”, y chocantes incisos de difícil ubicación, que es complicado hablar de un pulso narrativo. Más bien yo hablaría de pulso discursivo. Este, pese a lo atropellado, es sólido y atrapa del espectador. A mi al menos me engancha esta película, y eso que el arrebato con que Godard acomete sus planteamientos, arremetiendo con cualquier recurso que se le pasa por mente para articular su relato, resulta bastante impetuoso y antojadizo. Da la sensación de que toda la película esté en la cuerda floja, a punto de venirse a bajo debido a lo arriesgado del planteamiento; sin embargo, mantiene la lucidez hasta el final, así como su personal cohesión.



* En cuanto a la disertación política y social que conlleva el film, yo no veo un exaltado mensaje político explícito. Si que es evidente cierto discurso ideológico un poco sesgado, pero me resulta más interesante la reflexión a que mueve (siempre que se enganche uno), respecto al brío con que nos lanzamos sobre las ideologías políticas; la forma de digerir planteamientos y análisis puramente teóricos; el poder absorbente, y a veces ofuscador, de la implicación ideológica. No deja de ser un retrato de la juventud de una época; retrato difícilmente abordable desde otra perspectiva ideológica que aquella por la que opta Godard.

* En otro orden de cosas, los actores están soberbios. Para ser una película tan osada e insólita, son muy naturales y actúan con un desparpajo asombroso; quizá casi se representasen a ellos mismos: jóvenes de la época intentando plasmar esta.

* Una propuesta traviesa y desafiante, dificil de asir, que propone, además del reto fílmico, una especulación ideológica, política y social sobre una época. Una película donde el estilillo y discurso de Godard se hace atrayente, y no solo curioso. Con unas actuaciones geniales. Esta película resultará de lo más árida para la mayoría de la gente; no es una peli de sobremesa, para ver en familia, o con la pareja el sábado noche. Es una película recomendable para cinéfilos; para esa gente que vuelven a ver las películas por si se les ha escapado algo. Para cinéfilos, y a ser mejor con inquietudes más allá del propio cine... pero ¡que caray!, que la vea todo el mundo, que no muerde... bueno, sí.