Yin shi nan nu
Dir. Ang Lee
Taiwán / EEUU 1994
Chu, un viejo y afamado chef de Taipei se reúne cada domingo para cenar con sus tres hijas. Fuera de esta rutina parece que las vidas de los cuatro vayan por derroteros distintos. Una serie de acontecimientos, felices o desdichados, los obliga a un acercamiento mayor, a enfrentarse entre ellos, y consigo mismos.
* Dramita de ritmo y desarrollo bastante más ágil que el contemplativo y pausado cine oriental al que me he ido acostumbrando; con los bastantes personajes bien tratados y los suficientes cambios situacionales para darle una amenidad muy de agradecer.
Se la califica de comedia melodramática sentimental (ahí queda eso): “sentimentaloide” a tope, pero como comedia no tiene mucha gracia, en cuanto a que su vena cómica acaba por tener poco peso, teniendo más bien una afabilidad que no llega a lo humorística que se le supone; y mejor así, porque un exceso de jocosidad dificulta penetrar y leer en los personajes y sus circunstancias, que es la clave de “Comer, Beber, Amar”.
* Se retrata la desorientación de los protagonistas respecto a si mismos y a los demás, tanto dentro de la familia como respecto a los ajenos a ella. Se muestra como todos tenemos una fachada forjada a golpe de experiencia, que puede parecer más o menos sólida vista desde el exterior, pero de cuya condición somos nosotros perfectamente conscientes, aunque a veces intentemos mantenerla y agarrarnos a ella en aras de una supuesta seguridad ante los demás cuando estos nos desconciertan. Para los demás somos la máscara, pero tras ella están nuestros verdaderos sentimientos, aspiraciones, anhelos,… a veces, como es el caso de los protagonistas de esta película, todo lo que se encuentra tras esa máscara está maltratado, relegado a nuestros sueños íntimos, intentamos defenderlo estableciendo una barrera, pero cuando nuestras estrategias y soluciones improvisadas no son las adecuadas nos volvemos contra nosotros mismos, y de nosotros no nos defiende ya nadie. O sea, que si no deberíamos fiarnos ni de nosotros mismos, nada motiva el empeño universal en confiar en los demás con tanta facilidad, pero lo hacemos. Así pasa lo que pasa, y les pasa lo que les pasa a estos personajes. Más que perdidos se encuentran solos y recibiendo golpes por doquier; hasta los de menor voz y presencia en la película no se libran de ello. Incluso de parte de personas sobre las que creían tener prejuicios tan certeros que creían conocerlas bien reciben inauditas sorpresas sobre las que reflexionar. Nos conocemos a nosotros mismos pero continuamente nos fallamos y defraudamos, y aun así nos empeñamos en tener certezas sobre los demás. Aceptarse y aceptar a los demás supone estar abierto y receptivo, reconocer en lo que de cualquiera mane algo no del todo ajeno a nosotros mismos; no está en aceptar una imagen forjada, en condescender ni tolerar, y menos en analizar para conocer, por mucho que creamos allanar con ello las relaciones; siendo esto último aquello en lo que se enfrascan los personajes.
* La película podría dentro de tal retrato empeñarse en sermonear sobre la familia como único lugar seguro en medio de un torrente de inseguridades, titubeos y decepciones, pero no contamos con la familia anodina y funcional necesaria para ello, ni este film tiene ánimo de convertirse en peli de sobremesa. La paz y el equilibrio familiar siempre penderá de un hilo debido al tajante individualismo de los miembros del clan, que buscan su lugar en el mundo, pero que acaban colocándose en donde primeramente cómodos se encuentran, donde creen vislumbrar una salida; pero como no saben de donde se supone que deben salir… Si se esgrime que por mucho que se nos desmorone la imagen que sobre los demás tenemos, imagen férrea independientemente del conocimiento que tengamos sobre cualquier persona, de lo que no podemos dudar es del afecto de la familia; un pilar seguro.
* En resumidas cuentas, “Comer, Beber, Amar” muestra la pugna dentro de una familia entre caracteres que se creen altamente independientes, pero cuya virtual independencia, a la que se aferran, no les aporta nada. Así acaban acudiendo al calor humano, con sus riesgos, pero de donde obtienen más gratificación. La película acaba siendo un cordial canto a la sencillez de la vida y a la felicidad encerrada en lo aparentemente nimio e intrascendente: las personas.
14 comentarios:
Te veo muy orientalizado en los últimos tiempos, Irian :P. Las últimas que has comentado no me sonaban de nada, y ésta la tengo pendiente desde hace bastante, pero siempre me da pereza. Aunque creo que puede ser una buena peli para ver con mi madre cuando me den las vacaciones :)
Un saludo!
A mí ésta me resultó demasiado... agradable y normalita. No está mal pero me la esperaba mucho mejor. Prefiero la anterior de Ang Lee, "El banquete de boda". Saludos.
Daniel quinn: Pues si, muy orientalizado; va por rachas. Y si, a los 10 minutos de empezar a verlas dije: “Esta es de las que disfruta mi madre”; estuve por comenzar de nuevo a verla con ella, pero me invadió la pereza y seguí misantrópicamente encerrado en mi guarida. En serio, la peli está muy, muy guapa, y todos los personajes construidos con maestría. Un día de estos me dará la vena de nuevo por otra filmografía o género.
Sedmikrasky: Pues me apunto “El Banquete de Bodas”. Lo de que sea normalita, bueno, yo la he visto bastante apañada, me ha gustado mucho, mucho. Y lo de “agradable”, la verdad que me hice con ella por eso precisamente, por meterme una dosis de cine amable, harto ya de cine desquiciado. De Ang Lee es que no había visto nada más… bueno, “Tigre y Dragón”, pero eso, no me pille esta por venir firmada por este menda, solo presumí que sería de atrayente visionado.
¡Salud!
Hola, hace tiempo que sigo el blog jejeje mas cuando pones cosas orientales. Te comento que en www.blogdecine.com colocaron el trailer de la ultima pelicula de ang lee: Lust caution... uno de los protagonistas en tony leung y aunque no soy fan de ang lee el trailer se ve interesante.
Ah y te recomiendo una peli para ver aunque no se si ya fue comentada o no pero la vi ayer y quede super pegada: Invisible Waves.
Chau
Buenas juniper girl. Habrá que estar atento al estreno de la nueva del señor Ang Lee... supongo que la estrenarán aquí en España, aunque quien sabe. La de “Invisible Waves” no me sonaba; me la apunto.
http://www.invisiblewaves.com/. Pero no veas el trailer. Porque mas que trailer parece un corto, es decir escena que no salen en la peli pero que te la cuentan todo.
Esta es mi película preferida de Ang Lee. Una combinación perfecta, y exquisita, de comedia y drama, con giros y sorpresas extraordinarias.
Saludos cineahora. Lo de los giros y sorpresas que mencionas, junto con lo bien desarrollados que están los personajes es lo que engancha totalmente de esta película. Habrá que probar de nuevo con Ang Lee, a ver si en otras cintas está tan inspirado.
La verdad, Irian-Hallstatt, es que incluso diría que "Comer, beber, amar" es uno de mis títulos sorpresa preferidos de los noventa.
A ver que tal está "Lust caution".
Hola, amigo Irian,
Siento que hasta ahora no haya podido darme cuenta de tu existencia. Y la de tu blog, claro.
Me parece estupendo y ya te he contestado a vario post que no había leído hasta ahora. Pero era por desconocimiento.
Seguiremos estando en contacto pues prometo colaborar con tu magnífico blog.
Un saludo, gracias y perdón por haber estado en la inopia hasta ahora.
Travis (Iñaki)
Gracias por la visita travismagee. Nada de disculpas hombre, que todos tenemos cosas que hacer aparte de andar hurgando por Internet. Me alegra que te guste mi discreto blog.
Salud.
Veo que este verano has "contratado" en la "agencia de viajes" un tour por el cine asiático... jajajaja.
Saludos Irian.
Hola troncha. No te creas, en estos días querría meter una reseña de “Vivir su Vida” y “Sophie Scholl”, pero es que no se que comentar sin que suene estúpido; igual las rumio más y cae alguna, pero me siento impotente jaja.
Saludos.
Sophie Scholl una de las que tengo en la "pila" precisamente...
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