martes, enero 23, 2007

April Story

Shigatsu Monogatari
Dir. Shunji Iwai
Japón 1998


Nireno Uzuki acaba de irse de casa de sus padres en Hokkaido para ingresar en una universidad en Tokio. Mientras todos los estudiantes se lanzan a esa nueva vida emprendedores y llenos de ilusiones, Uzuki parece sentirse como pez fuera del agua, sin tener ni siquiera claro el porqué ha acabado en esa universidad. Mientras se hace a su nuevo ambiente nos desvelará los motivos de su elección y de su extraño comportamiento.


* Esta “Historia de Abril” es uno de los trabajos más amables de Iwai, y de momento, mi favorito; y eso que tiene muchos y muy buenos films este hombre.

* Desde el principio Iwai nos introduce en una de esas atmósferas diáfanas, fría y apagada, pero acogedora, como de ensueño, que tan características son de sus películas, y donde se desarrollan historias, unas veces más reconfortantes, otras veces más oscuras, pero siempre sin romper ese tejido etéreo. Con “April Story” nos encontramos ante una de las primeras.

* En esa atmósfera que poco a poco nos hechiza Iwai se esfuerza en plasmarnos un universo de bucólica serenidad, donde los personajes, llenos de afabilidad, por no decir de candor, parecen flotar, moviéndose al cadencioso oleaje de la preciosista música New Age de Remedios (al igual que en “Love Letter”), la cual acudirá a nosotros cada vez que peligre nuestro trance. Nos lanza, una detrás de otra, escenas de una belleza y encanto extraordinarias: la despedida en la estación, los mozos de mudanza preguntando una dirección a un chofer de limusina y estorbando el paso de una novia (¿?) camino de su boda (¿?), esos escolares de uniforme correteando bajo un eterno caer de hojas, la torpeza de la protagonista intentando echar una mano a los mozos a trasladar las cosas,… Iwai le exprime todo el lirismo a la sencillez. En unos minutos estoy con una sonrisa de oreja a oreja, y aún no se ni lo que estoy viendo. Esa sensación no me abandona en toda la película.

* Pero Iwai es un romántico, para bien o para mal, y no es extraño que en su preciosista y grácil mundo de casta ensoñación, en esa plácida sinfonía de dicha, haya alguna nota disonante; que esa tenue y angelical luz ilumine al inmune a tanto deleite. Y es que algo no encaja en nuestra protagonista. Se la ve una chica normal, agradable, abierta, con la típica circunspección oriental, no huraña ni cerrada; pero su comportamiento no encaja con lo que esperamos. Acaba de ingresar en la universidad. Como para tantísimos otros en su situación se abre ante ella todo un mundo de posibilidades, oportunidades, estímulos, y libertad; todo un mundo a explorar y personas por conocer, pero no vemos en ella ni confusión, ni excitación, ni siquiera la típica añoranza del hogar paterno; pues esa soledad en la que Uzuki (nuestra protagonista) se esfuerza por permanecer es un poco sospechosa (“soy alegre por naturaleza”, y nosotros te creemos, Uzuki). Parece fuera de lugar en su nuevo ambiente. Se mantiene ajena al jovial y emprendedor mundillo estudiantil, abstraída, como si nada fuese con ella. Dedica el tiempo, no a adaptarse a su nueva vida, sino a permanecer a la espera de algo que nosotros no llegamos a penetrar. Y de pronto, después de habernos contado lo que no hace, Uzuki nos desvela lo que hace, lo que pinta en su propia historia, y el porqué de su extraño comportamiento y su aislamiento. Y a partir de ahí Iwai nos perfila aún más la sonrisa que llevamos arrastrando desde el principio del film; la escena del paraguas es de las que se recuerdan.

* Me encantan los plácidos y fríos ambientes que recrea este director, y como usa la música para amplificar las gratas sensaciones que produce, añadiendo lo hermosa que suele ser la música a la que recurre. En este film me parece increíble como transmite ese retraimiento anhelante de la protagonista, esa soledad cargada de expectativa y sobre todo, incertidumbre. Visualmente muy bella, poética y musical. De una gracia sutil y encantadora. “April Story” es una especie de etérea y mansa canción folk. De seductor estribillo. Se le ilumina a uno la cara con el desenlace de esta “Historia de Abril”.

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