miércoles, enero 14, 2009

Lovely Complex


Love Com
Dir. Kitaji Ishikawa
Japón 2006

Atsushi y Risa se atraen, pero él es demasiado bajito y ella muy alta. Esto nunca les ha supuesto demasiados problemas en la vida, pero ahora que se gustan, y se ven como pareja, el “que dirán” de los demás comienza a entrometerse en sus vidas.


* “Lovely Complex” tiene en líneas generales un estilo desafiantemente hortera y agresivamente desenfadado y absurdo, cargado de recursos tomados del anime, el manga y los videojuegos, y una algarabía visual y una viveza desbocada. Junto a esto, tiene también una envidiable narración, forjada sin tacha, y unos personajes asombrosamente bien construidos, de forma que me felicito por no haber sucumbido a la primera embestida “cool” de esta abigarrada película, y haberme mantenido expectante. No os dejéis engañar por su continente, que tiene contenido; y no me estoy quejando de las formas, que hacen el contenido más atractivo y animado.

* Los que hayáis visto “Kamikaze Girls” os podéis hacer un idea de los derroteros estilísticos, visuales y de acción que gasta “Lovely Complex”; aunque esta última tiene un fondo de indiscutible mayor calado que aquella, siendo incluso más colorista y excesiva. Comicidad y desenfreno, pero una mayor dedicación a los personajes, y mayor reflexión sobre la situación que viven.

* Por norma general evito tal imaginería en el cine; películas cuyo aparato visual parece un pastel de cumpleaños infectado de gremlins… pero “Lovely Complex” es curiosamente interesante.

* Trata el tema de los complejos en la adolescencia, pero desde una óptica circunscrita a la situación concreta que retrata. No tenemos a jovenzuelos desventurados, cuyos arraigados traumas los estigmatizan, ni a grupos de matones que hagan de aquellos escarnio público. Tenemos algo más simple:
un chico bajito y una chica alta atraídos mutuamente. Lo que me ha gustado del planteamiento de la situación, es que ambos vivencian la situación de forma embarazosa, no por vergüenza, por sentirse acomplejados, sino, básicamente, por como afectaría al otro las posibles mofas de los demás ante la pareja tan supuestamente dispar que harían. Las dudas de ambos van complicando la situación en el terreno emocional y enriqueciendo el tejido sentimental de la relación, que va poco a poco más allá de la simple exposición del tonto romance adolescente.

La película desarrolla la relación con maestría, proyectando las fases y puntos críticos con sensibilidad y templanza, así como los perfiles psicológicos de los protagonistas. Y aunque estemos ante un dramita, todo se da de la forma más amable y cómica; sin hosquedades, pero con mucho desparpajo, extravagancia y exceso.

* Aparte de la parejita en cuestión, tenemos otros muchos personajes, pero ninguno de relevancia; todos generando el contexto de la historia, no el motivo de esta.

* “Lovely Complex” divierte horrores en la exposición de su particular romance adolescente.

domingo, diciembre 14, 2008

The Man from Earth


Jerome Bixby's The Man from Earth
Dir. Richard Schenkman
EEUU 2007

Antes de su partida, un profesor universitario trasladado revela a sus amigos y compañeros un secreto guardado durante mucho tiempo: que lleva viviendo más de 14.000 años.





* Cojamos al grupo de personas más “laico”, escéptico, ilustrado, y racional, más inclinado al análisis feroz de todo hecho y argumento. Coloquémoslo en el ambiente adecuado: en un lugar apartado, umbrío, con la noche cerniéndose paulatinamente sobre el grupo, así como el frío; con un buen fuego, que ilumine solo rostros atentos, y un silencio que solo acoja voces trémulas, y aquella protagonista. Entonces, veremos como cualquier adulto, de madura y metódica psique, se convierte en un niño extasiado, maravillado ante la historia más asombrosa e increíble que tengamos a bien contar. Esto es una de las claves de esta fantástica película, que logra me sienta como sus personajes, absolutamente prendido por el discurso de su protagonista, y atrapado por la atmósfera que genera, y que se comparte con ese particular grupo de “niños” fascinados.

* La película logra, con unos recursos increíblemente modestos, imprimir sensaciones inefables y vertiginosas; solo a través del discurso, de la palabra, y de transmitir el propicio ambiente dentro del cual se “secuestra” a los personajes. Porque los personajes se encuentran así, “secuestrados”, por una historia fabulosa, de cuyo hechizo creyeron poder sustraerse en principio, pero que los va seduciendo poco a poco, y ante la cual se encontrarán irremediablemente rendidos; avergonzados algunos por haberse dejado prender como críos, por cuentos que han burlado su raciocinio. Y como ellos, se sentirá el espectador; como se podía sentir la gente de hace miles de años ante su chamán, oyendo los fantásticos relatos de este, creyendo sin dudar sus palabras, sobre mitos, dioses y héroes. De cómo “la palabra, con fuego entra”.

miércoles, diciembre 03, 2008

Goshu, el Violoncelista

Sero hiki no Gôshu.
Dir. Isao Takahata
Japón 1982



* Una mágica y emotiva historia sobre el poder de la música y de la naturaleza.

* Ya en el año 82 películas como esta manifestaban que la animación japonesa tenía mucho que aportar y contar, demostrando a veces, por no decir la mayoría de las veces, una mayor dedicación y esmero por sus historias, sus personajes, sus mensajes, o sus ambientaciones, que el resto del cine, en el resto del globo.

* Goshu es un violoncelista que ama la música, pero que toca en una orquesta cuyo director es tan exigente en cuanto a la ejecución técnica de sus músicos, que se siente presionado, de tal forma que las gratas sensaciones que Goshu vincula a la música quedan doblegadas ante los requerimientos de ser músico profesional. Un grupo de simpáticos animales le ayudarán a recuperar ese sentido y sentimiento musical, y a percibir el valor de la música a una nueva escala.

* Todo esto parece narrado con una innegable linealidad durante gran parte de la narración. La galería de animalitos que van pasando por casa de Goshu, no parecen, a priori, dar mucho juego en la historia, que reclama más nuestra atención en referencia a ese otro hilo narrativo, que es el de la situación de Goshu respecto a la orquesta y su director. Pero no deja de ser divertido el desfile de criaturas que acuden al “maestro” Goshu para disfrutar de su música y sus lecciones, aunque a Goshu no parezcan serle muy agradables las visitas. Poco a poco, veremos cómo, no solo están relacionadas ambas situaciones, sino la extrema belleza que finalmente cobrarán las dos.

* Takahata, en su línea, destila una innegable nostalgia por los ambientes rurales, los plácidos paisajes campestres. Nos muestra el conflicto entre el mundo urbanita y el rural, presentando este último como un refugio, dotado de una terapéutica magia que nos regenera y nos mantiene en equilibrio; y el primero como el que corrompe cualquier cosa pura que con él entra en contacto, como en este caso, la música, o al menos, la vivencia respecto a ella que tiene Goshu, nuestro protagonista. Son los animales, representantes de ese mundo apegado a la naturaleza, los que le hacen ver el verdadero valor de su arte.


domingo, noviembre 30, 2008

Kabei: our Mother


Kaabee

Dir. Yoji Yamada

Japón 2008



* Yoji Yamada, de quien desconocía hasta hace poco el hecho de que tuviese en su haber tantísimas películas, y al que descubrí a través de su portentosa trilogía sobre la figura de los samuráis, vuelve a dejarme boquiabierto con su último trabajo. Sobre las penurias de una familia, y la inquebrantable voluntad y fuerza moral de una mujer, cuyo marido es encarcelado durante la II Guerra Mundial por su ideología antibelicista.

Reconozco que “Love & Honor” es un muy buen film, pero creo que la trilogía samurai de Yamada fue perdiendo valor, siempre desde mi punto de vista, desde la apabullante “Twilight Samurai”, donde Yamada se las componía para elaborar un film de corte clásico, muy clásico, con unos personajes construidos con un esmero tremendo, y un componente dramático de tristeza abrumadora. Pese a sus formas clásicas, Yamada lograba darle una vidilla y ritmo atractivo al aficionado actual al cine, perpetrando, junto con las dos películas siguientes, todo un referente del cine de esta década, en esa trilogía… y no solo dentro del cine asiático.


* Con “Kabei: our Mother”, Yamada recupera de golpe aquello que lo ha encumbrado dentro del cine actual, pese a llevar varias décadas haciendo cine. Lo único que podríamos decir que diferencia los personajes de “Kabei” de los de sus últimos films, es el contexto. Seguimos viendo una elegante, poética y apasionada glorificación del amor, el honor, la lealtad, la humildad… pero ahora, no en referencia a un contexto psicosocial y cultural que se debilita, donde ciertos sentimientos, actitudes, modos de vida, o determinaciones, dominantes hasta entonces, son cada vez menos apropiados, no recibiendo la respuesta que antes provocaban; sino que ahora nos los sitúa en un mundo tan caótico, tan desesperantemente desquiciado e impredecible, que dichos comportamientos pasan simplemente desapercibidos, dándose esto siempre en el contexto del mundo de Yamada, en este caso la II Guerra Mundial, cuya recreación es solo un referente, siendo el verdadero mundo de Yamada sus protagonistas, su entereza y dignidad, la misma, independientemente de la época que pinte el maestro.


* De nuevo, la sencillez lírica de la inconmensurable belleza en la calidad humana de sus personajes, y el minimalismo en el retrato que representa cada secuencia. Fuera de esto, de la exquisita y incontestable perfección formal de su película, lo realmente inmenso en esta película vuelven a ser los protagonistas. Se intuye un afecto tan incuestionable de Yamada hacia sus personajes que es imposible no sentir lo mismo. A destacar los personajes de Kayo y el Sr. Toru (interpretado por el incansable Tadanobu Asano). Este último personaje, un poco esperpéntico para el tono del film, pero encantador.




* Algo crucial en “Kabei”, y en cualquier film de Yamada, son las diferentes ópticas, intelectuales, ideológicas, culturales, o de edad, desde donde se observa el discurrir de la actitud y el comportamiento de los protagonistas principales. Este aspecto es muy interesante, pero creo que no está del todo conseguido, o simplemente, no ha querido desarrollarse de forma que copara el interés. Quiero decir que, al principio, parece que vaya a ser la visión de la hija pequeña del matrimonio sobre la situación la que vaya a guiarnos por el relato (como sucediese en esa joya del cine español que es “El Espíritu de la Colmena”), pero el lenguaje y la perspectiva de la película no invita excesivamente a compartir el enfoque de la pequeña, porque de hecho, nos encontramos ante la reelaboración adulta de unos recuerdos infantiles, no ante una visión infantil. Sea como sea, es el retrato de la magnífica figura de Kayo, junto a Toru, la que hegemoniza la narración, sin ignorar lo fabulosamente fundados que están los demás personajes. Pero centrándonos en la situación que se narra, me gusta como la incapacidad de la pequeña para comprender en toda su amplitud y profundidad lo que ocurre a su alrededor, y sobre todo para entender y estimar la abnegación de su madre, por la inconciencia, inmediatez y actitud particularmente egoísta de todo niño, sea extensible, por las mismas razones, y en mayor o menor medida, a todo el mundo que los rodea, desde sus más nimios vecinos, hasta los responsables de los sinsentidos y aberraciones de ese época. Virtuosos personajes, luchando por sus semejantes, ante la tiranía salvaje de infantiles mentes ofuscadas por el poder. Todo un retrato del sacrificio… muy Mizoguchi.


sábado, noviembre 22, 2008

Il Mare


Siworae
Hyun-seung Lee
Corea del Sur 2000


* Aunque “Il Mare” parta de una premisa fantástica un tanto infantil, y tenga asimismo algunos elementos fantásticos un tanto rebuscados, tarda muy poco en deleitar los sentidos, y poco más en configurarse como una madura reflexión, en toda regla, de las relaciones sentimentales y los vacíos emocionales. Ese elemento fantástico introduce en una historia sobre amores imposibles, que podría partir de cualquier otro antecedente, quizá más realista, pero que no haría la película por ello más atractiva, o mas acertada en su reflexión sobre la soledad y los sentimientos.

* Todo aspecto fabuloso queda en un segundo plano, aunque nos lanza buenos puntos de apoyo para especular sobre la extraña situación de Sung-hyun y Eun-ju, y sobre ensueños temporales. Como digo, pese a la interesante abstracción en que podríamos embarcarnos sobre la premisa de la película y sobre algunos incidentes del desarrollo del relato, todo ello queda supeditado al componente dramático y romántico; tanto que queda eclipsado; tanto que “Il Mare” podría considerarse como una magna obra del realismo fantástico, por hacernos perder de vista su carácter fantasioso, y presentarnos la historia como algo tan real que podría pasaros a cualquiera: ¿Quién dirá de “Il Mare” que es cine fantástico, irreal, ciencia ficción? ¿Quién no se identifica con sus personajes? ¿Quién considera más real lo que cuenta el cine de Hollywood? Creo más posible intercambiar cartas con Emily Brontë, que vivir una de las aventuras de Tom Hanks o Angelina Jolie, o uno de los amoríos de una Sandra Bullock cualquiera.

* Todo un retrato, vivo y de exquisita belleza, de la soledad; de la soledad que palpita en muchas figuras del film, y en cada uno de los ambientes que plasma. “Il Mare” es un refugio en todos los sentidos: como película, para el espectador; como vivienda (la de la historia), para los protagonistas. Ambos personajes vinculados a la casa, como inquilinos en diferentes épocas; relacionados entre si por ese impulso que les llevó a instalarse en ella, buscando un fortín para sus cuitas emocionales; y por una broma cósmica, que hace que puedan comunicarse a través del buzón de la entrada: todo el mundo está conectado entre si, y los que sufren… más.

* Todo en la película tiene un efecto balsámico que actúa sobre nosotros y sobre los personajes. Sung-hyun bautiza su nueva residencia como “Il Mare”, buscando un remanso de paz, algo que solo al nombrarlo lo reconforte, trayéndole a la mente una imagen plácida… quizá, las apacibles costas de Italia; o la idea que este arquitecto coreano tenga de ellas. “Il Mare” parece aislada del mundo, querer escapar mar adentro, como sus protagonistas, y huir de cualquier cosa que pueda volver a herirlos. La marea alta que aísla la casa parece protegerlos de todo mal. La visión del vasto océano, y la cadencia de las olas, adormece sus ansiedades, los mece, consuela… el mismo efecto de la presencia del perrito “Cola”, de algunos apacibles entornos a los que huyen de vez en cuando, la magníficamente bien elegida música que acompaña la película, su fría imagen, y una virtud del cine oriental: un ritmo sosegado que nos da la oportunidad de rumiar lo que estamos viendo… Provoca un estado anímico perfecto para poder hundirse uno en la trama emocional del film. Todo perfectamente aliado y orientado a un efecto. “Il Mare” es terapéutica; de esas películas que te amansan y “limpian”, como si cada marea de ese “mare” se llevase consigo impurezas nocivas de nuestro ánimo.

* Película cargada de paradojas. Me encanta el hecho de que los protagonistas hayan sido lanzados al vacío de la soledad debido al alejamiento físico de sus parejas, pero se consuelen venciendo otro tipo de distancias, en apariencia más insalvables. La separación física les sume en el abatimiento, los empuja a aislarse para huir del dolor, pero salvan una distancia temporal irresoluble que los reanima, y acudiendo a figuras igualmente solitarias con las que se identifican: el perrito, el pececito… Visto así, la película, que a priori podría parecer una glacial apoteosis del vacío y la extenuación afectiva, lanza una mirada optimista y positiva, un poco difícil de asir entre tanta recreación del aislamiento, pero reconstituyente. “Il Mare” es una alegoría del paso del tiempo, y de la forma que este tiene de curar heridas, poco a poco, en un lento proceso paulatino, que a veces de forma imperceptible, como las mareas, produce cambios incuestionables.

* Como en muchas de las obras de otros autores orientales (Miyazaki, Kim Ki-duk…) es importantísima la personalidad de los espacios, dotar de un carácter propio, ligado al de los protagonistas, algunos de los enclaves del film; en este caso, la casa, que ofrece a los protagonistas un reflejo de ellos mismos, y un refugio que, a su imagen y semejanza, al resguardo del mundo, les ahorra la vulnerabilidad de encerrarse simplemente en si mismos. “Il Mare” podría ser una “Casa Usher”, y no sorprendería verla derrumbarse junto con los personajes.

sábado, noviembre 08, 2008

Alesha Popovich i Tugarin Zmey


Dir. Konstantin Bronzit
Rusia 2004

Las hordas mongolas de Tugarin vuelven a saquear el pueblo de Rostov. Alesha Popovich, hijo del pope de la ciudad, tras haber fracasado su plan de vencer a los mongoles, adopta el papel de defensor del pueblo, y junto a sus singulares compañeros de hazañas, se lanza a la caza de Tugarin para recuperar el oro de su gente.


* “Alesha Popovich” es una especie de respuesta rusa a la saga “Shrek”. ¿Un simpático rescoldo cinematográfico de la Guerra Fría? Pues, pudiera ser, porque a mi me huele mucho al cine propagandístico soviético de no hace muchos años, y que aún colea.

Recuerdo ahora que recientemente vi “Alexander: The Neva Battle”, film del 2008 que narra las hazañas del héroe de Novgorod, y que al igual que el film de Eisenstein parece una rabieta filoeslava y antigermana; como dirigida por los eslavófilos de hace siglo y medio.

“Alesha Popovich” viene a estar en la misma tesitura, solo que es más chistosa, y atacando esta a mongoles, gitanos, capitalistas, nobles… a veces de manera políticamente incorrecta, pero son libertades que pueden tomarse los cineastas de países como Rusia, libertades que agradan a quien tengan que agradar, y como también echa una socarrona mirada al propio pueblo ruso… todos contentos.
Bueno, parece que tenga algo en contra de esta película; ni mucho menos. Me encanta, y la he visto unas cuantas veces, no porque haya elaborado unos subtítulos en castellano, y me haya esto exigido un visionado tras otro, sino porque la encuentro una gozada. Chispeante y expresivo colorido, agilidad, humor a raudales, toscos dibujos, toscos movimientos. Me ha recordado a los dibujos que había hace años de “Don Quijote” (¿Por qué? Ni idea).

* “Alesha Popovich” es una parodia del cine heroico, donde los rusos se ríen de su propio ciclo épico, con mucho humor; humor absurdo que tergiversa los puntos comunes y convencionalismos del género, sin caer en la escatología de las parodias actuales… esto no es “Casi 300”. Como en “El Mago de Oz”, los singulares héroes irán siguiendo las baldosas amarillas, que en este caso es el oro robado al pueblo de Rostov por las tropas mongolas de Tugarin, y como en esa pequeña y clásica historia, la compañía estará formada por antihéroes que destruyen los prototipos de estos relatos: el bobo paladín de la ciudad de Rostov, al que su inocencia y desorbitado sentido del honor meterá en más de una situación delicada; la quisquillosa enamorada del héroe; la abuela de esta última, mujer de armas tomar; el egocéntrico, parlanchín, culto y materialista caballo del paladín; el heroico burro de la novia, y el cuasi analfabeto tutor de Alesha.

* Una película de animación que está ya entre mis favoritas; inspiradísima, divertidísima, de humor avasallador, y geniales personajes.