sábado, noviembre 11, 2006

Vanya en la Calle 42


Vanya on 42nd Street
Dir. Louis Malle
Reino Unido / EEUU 1994



Un grupo de actores se reúnen en un viejo teatro para llevar a cabo un ensayo general de “Tio Vanya” de Chejov.



* Lo poco que he visto de Malle, sin volverme loco, me ha parecido interesante. Como en esta película Malle toca la obra de Chejov, que es uno de mis autores preferidos, y salía Julianne Moore, la cual me encantó en “Las Horas”, pues decidí verla, y me felicitó por ello; si Malle tiene algo mejor que esto, que alguien me lo haga saber porque debe ser tremendo. Me he encontrado ante una inspirada e intensísima visión, no solo de la obra “Tio Vanya” de Chejov, sino de la literatura y el teatro en general (sobre todo los clásicos), y del papel y lugar que ocupan en el mundo que nos ha tocado vivir. Me esperaba que la película tratase sobre la convivencia de un grupo de actores que preparan una representación de la obra, pero es finalmente la recreación de la obra tal cual; de un ensayo general de esta.
La película empieza con imágenes del ajetreo, el caos y la actividad en las calles de una cosmopolita gran urbe (Nueva York); el grupo de actores se han citado en medio de este maremagno cultural y económico, y una vez reunidos se dirigen hacia la calle 42, donde en un ruinoso pero majestuoso teatro realizarán un ensayo general e integro de “Tio Vanya”. Tras unas breves explicaciones sobre la historia y el estado del teatro a unos invitados a presenciar el ensayo, comienza este, fluido e integro, solo interrumpido un par de veces para cambiar de “escenario”. Cuando menos te lo esperas estás ya inmerso en la obra del maestro ruso.

* Creo que es una de las visiones literarias mas acertadas que he visto en el cine, por no decir la más acertada. No solo creo que aborde adecuada y magistralmente la obra de Chejov; no es que sea más o menos fiel al relato o a su espíritu, sino que veo esta película como una visión recreada en el celuloide de la experiencia literaria en general; y para plasmarla Malle no vaga por intrincados vericuetos dialécticos, ni nos sermonea, ni formula un pedante discurso reivindicativo; sino que erige todo un sensible homenaje al teatro y a la literatura, a nuestra experiencia ante las letras, desde la modestia y la honestidad.
En el paso del grupo de actores desde la vorágine del mundo moderno, donde se mueven como pez en el agua, a las profundidades en penumbra del imponente y destartalado teatro, veo la experiencia de situarse ante un libro y abrir sus páginas; desapareciendo incluso la conciencia del prosaico entorno a medida que se enfrasca uno en la lectura, como ocurre en esta película según vamos avanzando en la obra que nos presentan. Malle no recurre para protagonizar su cinta, ni a desadaptados de inquietudes artísticas, ni a freakies obsesivos, ni a bohemios snobs, sino a urbanitas anónimos que acaban encarnando de forma sublime a los personajes de Chejov; porque aunque lo repito en cada gran película, todos los actores, y aquí son 8-10, están soberbios; en unos minutos, sin artificio ni ambientación ninguna, te introducen completamente en la obra, de tal forma, que nos olvidamos de todo lo que rodea el ensayo, de la condición de este mismo, e incluso de lo que a nosotros mismos nos rodea. Veo en el descomunal y ruinoso edificio del teatro una gruta o cueva del tesoro, donde cobran vida joyas como la que representan el grupo de actores; como una mina que alberga magnificencias de las que se ha olvidado ese frenético mundo donde se enclava el edificio, que ha ido surgiendo alrededor de este, ignorándolo poco a poco, y haciendo caso omiso de las riquezas que en el se enseñoreaban. No se que ha querido exactamente significar Malle llevando la representación a un desvencijado teatro que se cae a pedazos, y donde no se puede ni usar el escenario por peligro de derrumbe, pero me encanta ver a ese grupo de actores, gentes de hoy día, interpretando a Chejov en la penumbra, con el único fondo de alguna pared desconchada, surgiendo de la oscuridad, como una aparición; como una llama que prende en el corazón de Vanya, Sonia, o Yelena; como las palabras surgiendo del blanco de las páginas del libro.

* A los 15 min. Estamos ya presos del encanto de esta película, que poco a poco va ganando intensidad gracias al grandioso trabajo de los actores en su afán por captar los personajes; al final es difícil no emocionarse, tanto por lo que nos transmiten los actores, como considerando la personal, sensible e iluminada mirada de Malle.

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