sábado, julio 28, 2007

Memories of Murder

Salinui Chueok
Dir. Joon-ho Bong
Corea del Sur 2003

Una serie de violaciones y asesinatos tiene desconcertada a la policía de la Provincia de Gyunggi. Para ayudar a resolver el caso se manda desde Seul a un investigador especialista, quien tendrá que enfrentarse no solo al asesino, sino a la incompetencia y los prejuicios de sus nuevos compañeros.


* Tras la interesante “The Host”, la espléndida “Barking Dogs Never Bite”, y mucha recomendación sobre esta película, ya era hora de lanzarse a ver “Memories of Murder”. Mis expectativas no han sido defraudadas. Me esperaba, por lo leído, un tono general más agrio, pero de nuevo, marca de la casa en el cine de Joon-ho Bong, la acritud se encuentra diluida, graduada en cantidades inicialmente digeribles, y enmascarada esta vez tras una pantalla en forma de absorbente thriller, con grandes dosis de humor, y una historia que engancha. Como siempre, saboreamos el gran poso de amargura que acaba dejando “Memories of Murder” al final, o incluso después, cuando volvemos sobre la película.


* La mezcla de géneros y las inflexiones de esta película, otros no sabrían domarlas, o no se atreverían a plantearlas, pero este director las maneja a las mil maravillas, atreviéndose con todo. La película se desliza del thriller cómico y crítico hacia el drama de forma sutil, y pillándonos desprevenidos. En los films de Joon-ho Bong no hay quien pueda intuir ni predecir nada; hay que quedarse a verlas venir. Cuando por una simple escena o detalle nos damos cuenta por vez primera de cierto tema de fondo, cierto asunto que el director parece no haber querido tocar de forma descarada, nuestra mente recorre lo visto hasta el momento y vislumbra cuantísimos detalles se ha ido perdiendo por estar atento y engatusado por lo evidente. Como ya de por si lo evidente en el cine de este hombre es un pasatiempo de primera, dedicarse a buscarle detalles, matices, y discursos ocultos, es un aliciente más.

* En “Memories of Murder” está clara la crítica, no se a cuento de que, hacía el viejo régimen militar coreano y hacia quienes ejercían las disposiciones de este; la policía en este caso. Aunque no acaban bien parados tampoco la sanidad o el ejercito. Sin que sea el leitmotiv de la cinta, ofrece la película cierto retrato de una sociedad que, hace 20 años, estaba enfrascada en una transición y pidiendo a gritos un cambio: véanse las escenas de las manifestaciones, la obstinada prensa, o la cautísima escena de la revuelta estudiantil. No hay personaje tampoco que no se lleve un rapapolvo en esta película: todos tienen su parte virtuosa, aunque sea esta bastante discreta, y todos tienen su lado negativo. Un modelo sería el personaje del ejemplar policía venido de Seul, recto, metódico, racional, sereno… pero ahí lo tenemos, pateando a una joven estudiante durante una manifestación, o al final, dejándose llevar por la rabia y su lado emocional.

* Es muy interesante como, tanto el caso que investigan, como la vecindad del nuevo compañero, va modificando la forma en que los dos policías ven cuanto les rodea, por mucho que se empecinen en ser impermeables a la influencia de las circunstancias que están viviendo. Y parece que estemos ante una competición por ver cual de los dos resolverá el caso, todos apostamos por el recién llegado, pero el director se ríe de nosotros, como tantas otras veces. Como dije antes, seguir senderos trillados en el cine del prometedor Joon-ho Bong es inútil, pero eso si, nos garantiza sorpresas mayores.

* Cuando el caso se hace desesperante, desarmados todos, se acabó el humor y entramos de lleno en el terreno del drama, pero nos da igual porque la tensión que se le imprime a toda la recta final es soberbia, como toda esta película.

martes, julio 24, 2007

El Húsar en el Tejado

Le Hussard sur le Toit
Dir. Jean-Paul Rappeneau
Francia 1995

Angelo Pardi, es un joven coronel italiano, y revolucionario. Perseguido por ello huye a Francia, donde se verá atrapado en mitad de una epidemia de cólera. Desalojado de un pueblo junto a toda la población se encontrará viajando junto a una enigmática mujer, ofreciéndose él prácticamente como escolta suyo mientras intenta huir de sus propios perseguidores.


* Los franceses siempre han tenido facilidad y gusto para elaborar buenas historias románticas, de aventuras, y de época: llevan unos doscientos años empeñados en ello; y aunque actualmente haya cada vez menos gente interesada en este tipo de enredos, a no ser que vengan aderezados de un glamour que los envilece, sigue habiendo directores de cine comprometidos en explotar la veta, sacando películas a la palestra que, rancias o aburridas para muchos, siguen haciendo deleitar a algunos, manteniendo viva cierta llama.


* “El Húsar en el Tejado” es una película sin pretensiones, humilde y muy discreta, pero muy atractiva. Amena, entretenida, y con una pareja protagonista que deja muy buen sabor de boca.

* Muy interesante como muestra los estragos del cólera abatiéndose sobre el sur de Francia. Por un lado los estragos puramente físicos o ambientales, retratados con algún efectismo y algo de crudeza. Por otro lado, el miedo que se extiende a la pandemia, a la muerte, generando un clima entre la población que recuerda el de la caza de brujas de décadas antes, sacando lo peor de todo el mundo. Nadie esta a salvo de caer victima de la enfermedad, nadie se libra de degradarse por su miedo a ella, y los protagonistas a veces reflexionan sobre las causas y consecuencias de todo ello. No solo hay que luchar contra el cólera, sino también contra quienes huyen de él: paranoia, pánico, persecuciones.
El protagonista, huyendo de sus perseguidores contrarrevolucionarios, se ha encontrado huyendo también del cólera, la aterrorizada población, los dragones franceses, e incluso de los cuervos que se agasajan dado el panorama.
Todo esto de pie a una narración a veces trepidante, en cuanto a la sucesión de situaciones y escenarios, que nunca se detiene ante lo innecesario; ágil y amena, con los momentos lúcidos justos y una fotografía magnífica.

* Con algún puntito de humor y alguna dosis de drama, el film se decanta casi del todo por la aventura de capa y espada. Las correrías del coronel Angelo Pardi intentando volver a su país se bastarían solas para hacernos pasar un muy buen rato, pero el relato se vuelve aun más interesante con la aparición del personaje de Pauline de Théus (Juliette Binoche), que ejerciendo una extraña atracción sobre el joven militar hará su viaje aun más arriesgado y espinoso.
Ya no solo le aguijonea a uno el interés por las aventuras de Pardi, por si llegará a su destino y cumplirá su misión, sino también por como acabará la relación que los protagonistas van forjando. Deciden hacer juntos parte de sus respectivos viajes, se va estableciendo un vinculo entre ellos, pero no se sabe nunca de que naturaleza es ese lazo, y uno se pregunta constantemente si él se apega a ella por honor, exceso de cortesía, admiración, curiosidad, amor, o un poco de todo; y sobre como ve ella a ese joven intrépido, pero demasiado racional para su edad, que no quiere despegarse de ella pese a tener asuntos más importantes que atender. Los asuntos de ambos también permanecen siempre en el aire, aunque se vayan intuyendo; dan a ambos un aire misterioso muy inspirador.

* Y que decir de Binoche, de nuevo esplendida en otro papel de mujer misteriosa y de entereza fuera de lo común; con voluntad a prueba de balas, dignidad y desprecio por lo bajo y afectado.
Aunque respecto a muchos personajes se nos deje en vilo, pese a cobrar cierta importancia durante el relato, con la historia de los dos protagonistas nos basta y sobra para disfrutar de esta aventura.

domingo, julio 15, 2007

Comer, Beber, Amar

Yin shi nan nu
Dir. Ang Lee
Taiwán / EEUU 1994

Chu, un viejo y afamado chef de Taipei se reúne cada domingo para cenar con sus tres hijas. Fuera de esta rutina parece que las vidas de los cuatro vayan por derroteros distintos. Una serie de acontecimientos, felices o desdichados, los obliga a un acercamiento mayor, a enfrentarse entre ellos, y consigo mismos.

* Dramita de ritmo y desarrollo bastante más ágil que el contemplativo y pausado cine oriental al que me he ido acostumbrando; con los bastantes personajes bien tratados y los suficientes cambios situacionales para darle una amenidad muy de agradecer.
Se la califica de comedia melodramática sentimental (ahí queda eso): “sentimentaloide” a tope, pero como comedia no tiene mucha gracia, en cuanto a que su vena cómica acaba por tener poco peso, teniendo más bien una afabilidad que no llega a lo humorística que se le supone; y mejor así, porque un exceso de jocosidad dificulta penetrar y leer en los personajes y sus circunstancias, que es la clave de “Comer, Beber, Amar”.

* Se retrata la desorientación de los protagonistas respecto a si mismos y a los demás, tanto dentro de la familia como respecto a los ajenos a ella. Se muestra como todos tenemos una fachada forjada a golpe de experiencia, que puede parecer más o menos sólida vista desde el exterior, pero de cuya condición somos nosotros perfectamente conscientes, aunque a veces intentemos mantenerla y agarrarnos a ella en aras de una supuesta seguridad ante los demás cuando estos nos desconciertan. Para los demás somos la máscara, pero tras ella están nuestros verdaderos sentimientos, aspiraciones, anhelos,… a veces, como es el caso de los protagonistas de esta película, todo lo que se encuentra tras esa máscara está maltratado, relegado a nuestros sueños íntimos, intentamos defenderlo estableciendo una barrera, pero cuando nuestras estrategias y soluciones improvisadas no son las adecuadas nos volvemos contra nosotros mismos, y de nosotros no nos defiende ya nadie. O sea, que si no deberíamos fiarnos ni de nosotros mismos, nada motiva el empeño universal en confiar en los demás con tanta facilidad, pero lo hacemos. Así pasa lo que pasa, y les pasa lo que les pasa a estos personajes. Más que perdidos se encuentran solos y recibiendo golpes por doquier; hasta los de menor voz y presencia en la película no se libran de ello. Incluso de parte de personas sobre las que creían tener prejuicios tan certeros que creían conocerlas bien reciben inauditas sorpresas sobre las que reflexionar. Nos conocemos a nosotros mismos pero continuamente nos fallamos y defraudamos, y aun así nos empeñamos en tener certezas sobre los demás. Aceptarse y aceptar a los demás supone estar abierto y receptivo, reconocer en lo que de cualquiera mane algo no del todo ajeno a nosotros mismos; no está en aceptar una imagen forjada, en condescender ni tolerar, y menos en analizar para conocer, por mucho que creamos allanar con ello las relaciones; siendo esto último aquello en lo que se enfrascan los personajes.

* La película podría dentro de tal retrato empeñarse en sermonear sobre la familia como único lugar seguro en medio de un torrente de inseguridades, titubeos y decepciones, pero no contamos con la familia anodina y funcional necesaria para ello, ni este film tiene ánimo de convertirse en peli de sobremesa. La paz y el equilibrio familiar siempre penderá de un hilo debido al tajante individualismo de los miembros del clan, que buscan su lugar en el mundo, pero que acaban colocándose en donde primeramente cómodos se encuentran, donde creen vislumbrar una salida; pero como no saben de donde se supone que deben salir… Si se esgrime que por mucho que se nos desmorone la imagen que sobre los demás tenemos, imagen férrea independientemente del conocimiento que tengamos sobre cualquier persona, de lo que no podemos dudar es del afecto de la familia; un pilar seguro.

* En resumidas cuentas, “Comer, Beber, Amar” muestra la pugna dentro de una familia entre caracteres que se creen altamente independientes, pero cuya virtual independencia, a la que se aferran, no les aporta nada. Así acaban acudiendo al calor humano, con sus riesgos, pero de donde obtienen más gratificación. La película acaba siendo un cordial canto a la sencillez de la vida y a la felicidad encerrada en lo aparentemente nimio e intrascendente: las personas.

viernes, julio 06, 2007

Blue Gate Crossing

Lanse da Men
Dir. Chin-yen Yee
Taiwán / Francia 2002

Meng Kerou y Lin Yuezhen son inseparables amigas. La primera ama en secreto a la segunda. Cuando esta última pide ayuda a Meng para conocer a un chico la relación entre ambas comienza a deteriorarse, más cuando el chico en cuestión, creyendo que es a Meng a quien interesa realmente, se enamora de ella.


* “Blue Gate Crossing” es un drama adolescente, con algún desenfadado apunte de humor, y que pese a su tono afable toca temas de cierta gravedad.


* ¿Triángulo amoroso? Pudiera ser, pero todo se desenvuelve de forma circular. Los sentimientos de los tres protagonistas se lanzan en vano en pos del ser amado porque los afectos de este se dirigen a la persona que los vuelca sobre nosotros. Tan solo uno de ellos intenta salirse de la dinámica que él mismo ha provocado, aunque su movimiento suponga una dolorosa sacudida en el sentir de los otros dos.

* A primera vista, uno de los temas tratados en la película sería el de la homosexualidad, inclinación que una de las protagonistas parece aceptar, complaciéndose en ella, mientras goza de la cercanía del ser amado y de la burlona incertidumbre de si su amor será correspondido, pese a los pocos indicios que para ello tiene. Aniquiladas las esperanzas, su mundo y sus estimas se tambalean. Comienza a plantearse su naturaleza, y a verla por primera vez como un problema. Es interesante como el personaje de Meng Kerou acepta sin complicaciones la atracción que siente hacia su compañera y amiga mientras hay amor y esperanza, para acto seguido plantearse la anomalía de sus inclinaciones.

Intenta matar el desconsuelo provocado por el desengaño aniquilando su sexualidad, forzando un giro en sus tendencias, y retorcidamente, aunque la película lo pinte de forma amable, pone su mirada en la persona que precisamente es el blanco de las pasiones de su adorada amiga. La realidad exterior, que hasta entonces no era más que el contexto donde vivía su ilusorio idilio con Lin Yuezhen, es ahora una realidad hostil hecha a base de convenciones que no se ajustan a su modo de sentir; esa realidad la descoloca, la suya la desconcierta. En ese punto es donde Meng Kerou, intentando ayudar a su amiga a acercarse a Zhang Shihao, da pie a la desesperanzadora dinámica señalada arriba. Se presta a ello al verse sin salida, y será ella quien pague la mayor parte de las consecuencias.

A partir de aquí podemos reflexionar acerca de otros asuntos respecto a las relaciones. Sumidos ya en la situación generada se muestra tanto el egoísmo de la falta como de la plenitud de sentimientos. “¿Qué estás haciendo?” pregunta Meng Kerou, “Persiguiéndote” contesta Zhang Shihao. Así transcurre buena parte de esta historia, con los sentimientos de los protagonistas desbocados hacia de la persona que aman mientras esta les da la espalda; de forma inconsciente o deliberada, el daño que se infringe no es menos doloroso. Pero el amor es ciego: pisotea y no mires a quien. Es increíble los sufrimientos que se pueden provocar por puntuales, y en apariencia nimios accesos de vergüenza, rencor, o aturdimiento, por desánimo, o irritación. Los protagonistas se lanzan unos tras otros sin mirar alrededor, sin considerar nada ni a nadie, aunque también es cierto que, ebrios de amor o abatimiento, las consecuencias de nuestros actos son objeto de poca atención por nuestras mentes, a donde se nos sube el corazón. Y al final tenemos un plácido mundo juvenil que se tambalea, relaciones ideales que se derrumban, y una buena dosis de realidad para sacarnos a base de palos de la adolescencia.

* La película tiene un ritmo algo pausado, pero contrarrestado por unas interpretaciones cargadas de frescura y desparpajo. Naturalidad que me acerca los personajes, que me hace simpatizar con ellos, y no dar marcha atrás a la hora de aplaudir su trabajo.

* La historia deja cosas en el tintero, pero igual que estas chicas juegan a imaginar como serán sus vidas con el transcurso del tiempo, nosotros podemos hacer otro tanto.

jueves, julio 05, 2007

Cinderella

Dir. Man-dae Bong
Corea del Sur 2006














* Parece que todo el dramatismo que un servidor echa en falta en el horror oriental, reproche también extensible a las filmografías occidentales, venga a hacer de vez en cuando su aparición de forma visceral, como los fantasmas que a veces protagonizan estas películas, en algunos films con los que uno da de forma casual. Este es el caso.

* “Cinderella” es un horror drama de intensidad tal, que se va agravando hasta hacerse insoportable, generando una atmósfera tenebrosa violentísima. Como película de terror, quien lo espere no encontrará los sustitos de rigor, tan solo un puñadito de discretísimos golpes de efecto protagonizados por el rencoroso fantasma de turno, cuyos avatares le conceden un protagonismo final y una dimensión que gustoso comparte con el resto de personajes. Ese es uno de los aciertos del film, el que sus personajes están bien tratados, lejos de ser simple carnaza para el espectro en cuestión.

* Al principio no sabía a que atenerme con la película, pues todas sus fortalezas van apareciendo progresivamente, pero como la película no llegó a espantarme del todo, en el mal sentido, la paciencia dio sus frutos, y cuando todo empieza a cocerse uno empieza a engancharse. Tanto los personajes como la historia me han parecido muy sugerentes, así como la forma de desarrollar esta última. Para desentrañar lo que ocurre en su horror se dosifican de manera diestra las pistas, forjando un gran interés, aumentado por la vehemencia creciente y el palpable drama de los personajes; cosa a aplaudir, pues cuando llega un punto en cualquier película en que pierdo la esperanza de que esta me haga pensar o sentir, me cuesta mantener el dedo apartado del “stop”.

* Otro aspecto que yo resaltaría es la lobreguez emocional, que llega a ser brutal hacia el final, propiciada por las luchas internas que mantienen todos los personajes. Durante mucho tiempo han intentado mantener un horrendo secreto, sino en el olvido, si en el anonimato. Llegados a un punto en que las circunstancias quiebran esa situación forzada durante años, se desata el drama, y de tal va la película: abominables venganzas, traumas, problemas de identidad, corrosivos sentimientos de culpa… Con los elementos de la historia y su crudeza se podría haber dado la vuelta a la tortilla y, manteniendo el tono fatal, lograr también un poderoso film de terror, pero se optó por lo trágico y el resultado es, a mis ojos, un logro.

* Aunque quizá no vengan muy a cuento, a mi se me han venido a la cabeza un par de películas mientras veía “Cinderella”. Una es la última de Ki-duk estrenada en España: “Time”; por tratar el tema de la cirugía y la identidad. Creo que en ambos films está presente el desestabilizador sentimiento de extrañamiento provocado por el cambio en nuestro aspecto externo, que genera una sensación de distanciamiento respecto a nuestro físico, a nuestro entorno familiar, y lo peor, soledad. La otra película es la poco conocida, pero de culto entre algunos cinéfilos, “Ojos sin Rostro” del francés Georges Franju. En común con “Cinderella” tiene como el amor incondicional de un padre puede volverse disfuncional y destructivo, franqueando todas las barreras de la sensatez y la cordura, ante las desgracias del hijo, y como en situaciones radicales esto puede llevar a extremos terribles y a la locura. Los horribles actos de los progenitores en ambos films son casi idénticos, tocando el tema quirúrgico los dos, si bien cada cual sigue su propio camino de aceptación o rechazo, de culpa.

Inugami


Dir. Masato Harada
Japón 2001



















* He de reconocer que tengo debilidad por las historias que tratan sobre la pervivencia de ritos y costumbres ancestrales dentro de comunidades modernas, y aunque no sabía del todo bien de que iba esta película, eso es lo que me he encontrado. La película tiene sus puntos flacos, pero no le falta encanto. Lo que me ha extrañado es que en muchos sitios se la enmarque dentro del cine de terror, ya que es más bien una especie de drama rural con algún toque fantástico.

* La película trata del enfrentamiento entre familias de un pueblo de las montañas, pueblo que goza de las comodidades modernas, pero donde algunos siguen obsesionados por tiempos y costumbres pasadas, lo que unido a lo agreste del boscoso escenario donde se enclava el pueblo, da una seductora sombra de atavismo que es una de las cosas que salvan la película, y que me hacen disfrutarla.

* La historia en si tampoco está falta de interés, pero si hay algo que, vagando por esa neblina atávica, arrastra la película lejos del peligroso mar de la mediocridad, es el personaje de Miki, a quien vemos desde la presentación en unas magnificas imágenes de su trabajo en un antiguo taller de papel. Un personaje oscuro y misterioso, con personalidad, y porque no, bastante morbo.

Se va convirtiendo de forma escabrosa en el centro de toda la historia, de todas las rencillas familiares, y de los problemas de un pueblo donde se reaviva la superstición encarnada en ella y su familia. Pasará de ser respetada artesana a bruja repudiada; sin proponérselo. Es la que carga finalmente con todo el peso de las ancestrales tradiciones que se niegan a abandonar aquellos parajes.

Todo esto está sazonado con algunos elementos fantásticos, unos muy adecuados a la par que desconcertantes; otros, insignificantes. El interés también estriba en como vivencia ella la situación. Después de haber hecho un esfuerzo por normalizar su vida, parece que el espíritu de vivos y muertos no olvidan nada ni a nadie, y menos a ella. Miki se va convirtiendo prácticamente en el alma del pueblo, la elegida de esos espíritus Inugami para, a través del horror, mantenerse vivos según unas creencias proscritas en otros lugares.

* Por la belleza de algunas escenas, el tono enigmático, y el personaje de Miki, merece la pena hincar el diente a “Inugami”.

martes, julio 03, 2007

Shadowless Sword

Muyeong Geom.
Dir. Young-jun Kim

Corea de Sur / EEUU 2005

El reino de Balhae necesita un soberano. Una cuadrilla de formidables asesinos ha ido acabando con la vida de todos los candidatos al trono. La única esperanza es Gun Hwa-pyung, un príncipe exiliado, y Yeon So-ha, la magnífica y joven guerrera a quien se encarga la tarea de traerlo a Balhae sano y salvo.



* Hace poco comentaba, al tanto de “The Legend of Evil Lake”, cinta compatriota de esta, como desde la modestia es totalmente factible elaborar películas bien compensadas en sus elementos, disfrutables, de divertimento puro y duro. Conscientes de si mismos y sus posibilidades, se pueden manejar con soltura los recursos de los que se dispone, en todos los sentidos, para, huyendo de la pretenciosidad vacua, endiñar buen cine. De “Shadowless Sword” podría decir lo mismo que más o menos dije de aquella otra cinta; de diferente factura y “tono”, pero con el mismo ánimo.

* Tiene la pujante manufactura visual tan común en el cine coreano en general, que sin necesidad de parafernalia ni recargado atavio imprime un atractivo y enérgico estilo, de contrastado cromatismo, cuidado pero no enojoso, que contribuye al regocijo del espectador (al menos al mío), y mantiene la atención y el recreo por si en algún momento la película decayese en sus demás aspectos. La robustez visual se combina con un ágil ritmo en una película esencialmente de acción, para nada “violenta”, y donde a pesar de se desperdigan miembros con una generosidad pasmosa, la carnicería está ausente, o uno debe imaginársela. Elementos dramáticos: los justos. También hay algún punto cómico eventual sin peso alguno en el conjunto de la película, pero que se suma al interés de esta.

* En cuanto a las escenas de lucha, uno de los aspectos fuertes en este tipo de cine: la coreografía necesaria en unos combates de duración medida y muy ágiles.

* Entran y salen de la historia muchos personajes secundarios que no nos duran un suspiro, pero que dan más vidilla al desarrollo de la historia. Y respecto a los protagonistas, estos están no muy rematados, no se profundiza en ellos, pero se les presenta de forma que tengan prestancia, de manera que no se desplomen bajo el peso de la trama, tampoco muy elaborada. La superficialidad de los caracteres de los personajes obliga a maniobrar con destreza a la hora de encarar el conjunto del resto de elementos del film para que no se venga abajo el invento, y si “Shadowless Sword” no presenta fisuras en ningún momento de sus 2 horas aproximadas… o sus responsables estaban particularmente inspirados o sabían muy bien lo que se traían entre manos.
El único personaje que está algo más perfilado que los demás sea quizá el de Gun Hwa-pyung, el príncipe, y pese a lo somero del tratamiento de su compañera de fatigas, Yeon So-ha, la relación que se va estableciendo entre ellos durante su viaje resulta interesante, sobre todo por que no sabemos a ciencia cierta la naturaleza de los sentimientos que van surgiendo.

* Alguna cosita burda o pueril no hace mella en el conjunto de esta película, de la que he disfrutado mucho, y que me devuelve la fe, de momento, en este tipo de cine.