Dir. R.W. Fassbinder
Alemania 1974
Effi Briest se ha criado en el campo desde niña. La libertad con la que la educaron sus padres la ha convertido en una joven amante de cierta independencia y emoción. Cuando se casa con un hombre mayor que ella, el Baron von Instetten, poco a poco irá enfrentándose a códigos de conducta y sociales a los que no estaba acostumbrada.
La amistad del matrimonio con el Mayor Crampas, hombre con cierta mayor amplitud de miras que los círculos donde se mueve el matrimonio, acabará con una aventura entre Effi y este. Años después dicho desliz vendrá a afectar a su matrimonio y su vida.
* Fassbinder es ya de por sí un director difícil, una persona de temperamento, cuyo carácter acaba, de una forma u otra, reflejándose en sus películas: en historias más o menos sombrías y turbias, con personajes rotos y violentos que surcan narraciones destempladas, llenas de bruscos pasajes, fracturas, y articuladas con un ímpetu a veces hosco que abofetea al espectador.
* Es un film de época, pero sin magnificencias, sino todo muy recogido e intimista. Esta filmada en blanco y negro. El hieratismo visual y de los personajes puede irritar a cualquiera. Respecto a esto último, es quizá uno de los puntos fuertes de la película. Se coarta toda mínima acción y movimiento a favor de la narración textual. Se deja continuamente en suspenso la imagen mientas se sigue elaborando el discurso, o mientras continua la narración, mediante voz en off, o a través de los diálogos. La imagen está totalmente supeditada al texto, en contra de la corriente actual, donde la imagen casi lo es todo (como quizá debiera ser, si de cine estamos hablando), y donde esta lleva la carga de la narración, hasta tal punto, que si nada oímos no importa. Aquí se escinden las dos dimensiones del film, sirviendo la imagen como punto de anclaje al espectador mientras se dispara una narración especialmente dialogada. Se frena la imagen, pero la narración se desliga de esta y sigue su curso.
* Creo que se podría ver en esta película una especie de edición ilustrada del libro de Fontane, o una edición ilustrada de la visión que de él tiene Fassbinder. Es como si abriésemos el libro y ahí estuviesen las instantáneas que sobre la historia proyecta este director.
* No se si me he expresado bien al decir que la narración textual subordina el aspecto visual. Parece como si dijese que la imagen no tuviese importancia ni presencia; nada más lejos. La fotografía y el despliegue visual me parecen fabulosos. Una excelsa galería de imágenes en un nítido y contrastado blanco y negro, de una belleza fría pero impactante. La imagen, pese a aséptica y grave, es poderosa. Se juega con planos y perspectivas; se nos lanzan primeros planos, o a los personajes en la distancia; se presenta los protagonistas velados, con objetos interpuestos, a traves del reflejo en los espejos, en segundos planos. Se juega y crea con la imagen todo lo que un aseptico film de época permite.
* Desgraciadamente no he leído esta novela de Fontane en concreto, pero si leí “Grete Minde”, y entre algunos aspectos constructivos de esta novela y la película de Fassbinder encuentro varios puntos en común. Los personajes perfilados de un par de trazos, construidos a base de dos simples caracteres con los que se desenvolverán por toda la trama, pero que bastan para personalizarlos, junto con las relaciones mantenidas con las demás figuras de la historia. Los escenarios, presentados de golpe, también de unas cuantas pinceladas, como en el teatro, o una postal, a veces simple marco sin desarrollo donde sobrevienen los ágiles diálogos y prestos discursos.
Dicen de Fontane que inicia la novela dialogada, y esto está vinculado con algunos apuntes que he dejado caer más arriba; quizá la “Effi Briest” de Fassbinder como película dialogada.
Lo cierto es que el discurso y los diálogos de la película están confeccionados en tal esmerado lenguaje, y a veces con tal fuerza, que son realmente sugestivos, y la galería de cuadros que suponen sus imágenes es de lo más atrayente, por lo que se pasa por alto el hecho de que la historia no deje de ser típica, y típico también sea su desarrollo, como algo planos sus personajes.