lunes, junio 25, 2007

Krysar

Dir. Jiri Barta
Checoslovaquia / RDA 1985














* En los últimos años se nos ha venido completamente abajo la idea de que la animación es cosa de niños. Desde tierras yankies nos llegaron Shrek y cía., con un lenguaje y un sentido del humor, lindando con el cinismo, que ni el niño más repipi alcanzaría a comprender. Aun así, a cada estreno de estas producciones miles de padres atestan las salas de cine llevando de la manita a sus churumbeles.

Desde Japón nos siguen llegando maravillas del anime, con una capacidad de inventiva que a veces ya querrían tener la gran mayoría de películas a imagen real, y cultivando todos los géneros. Como casi ninguna de ellas llega a nuestras pantallas, quitando quizá alguna de Miyazaki, no hay peligro de que algún padre insensato lleve a su hijo de 6 años a ver un inadecuado anime.

En medio de ambos focos de producción, geográficamente hablando, Europa del Este lleva desde principios del siglo pasado ofreciendo un cine de animación fabuloso, de una exquisitez a veces solo para paladares adultos.

Una animación cuyo detallismo escapará a la mayoría de los pequeños, aunque puedan disfrutar de muchas de estas películas, y que está más orientada a mentes hechas y derechas. Aunque a decir verdad, tocando ya “Krysar”, bien visto, mejor tener cierto resquicio infantil y una mente algo sinuosa, más que hecha y derecha, para dejarse envolver por este tipo de animación.

* “Krysar” es una impresionante y macabra versión de “El Flautista de Hamelin”, retorcida y despiadada.
Una preciosa música, a la vez irreal e inquietante, nos introduce en el mundo de la visión de Barta: una ciudad aislada, cerrada sobre si misma y sobre la crapulencia de sus habitantes. Corrupta a más no poder. Lo más puro y noble de lo que se relaciona con la ciudad es la noche. Una ciudad intrincada y gris. Escenarios que recuerdan el expresionismo de “El Gabinete del Dr. Caligari”. Sus habitantes: toscas figuras en madera, talladas de forma tan grosera que se refuerza su degradación. Viene a resaltar aun mas su vil deshumanización el hecho de que en los diálogos y la comunicación no se use un lenguaje humano, sino gruñidos y graznidos más cercanos a los de animales de granja y fieras salvajes. Los vicios más ruines campan a sus anchas por esta Sodoma que es Hamelin, la cual hiede a “naufragio”.


En 5 minutos se nos pinta el cuadro más desolador y mezquino, de obscenidad y sordidez increíbles, pero pintado con gran gusto.
El humor es tan negro que cuesta esbozar una sonrisa de vez en cuando. Olvídense del afable oscurantismo del combo Selick-Burton… “oscuridad, tan solo, y nada más”, y además, sin alivio ni salida.
Se retuerce la historia para que esta gima más, para hacerla aún más terrible; no solo se evita edulcorarla, sino que se le aporta más horror. También hay algún apunte romántico y bucólico, pero que se diluye en su insignificancia y en la oscuridad de todo el film. Aunque la historia de la candida muchacha encandilada por el flautista nos deja algún pasaje impresionante, como son todas las secuencias desde que se abre “Krysar”: todo impresionante, tanto visual, como discursiva y emocionalmente.
Suelo ser bastante crítico con las producciones norteamericanas dedicadas a destartalar y mofarse del cuento popular, pero no tengo queja alguna sobre la demoledora visión que supone “Krysar”. No tergiversa ni viola la esencia del cuento. Enfoca lo que le conviene, hace su propia lectura, y trabaja sobre ello. Consigue una obra poderosa, que deja un sabor entre amargo y desconcertante por el afán minucioso y artesanal, volcado en una historia devastadora.

viernes, junio 22, 2007

La Balada del Soldado


Ballada o Soldate
Dir. Grigori Chukhrai
URSS 1959

Alyosha recibe un permiso especial para abandonar el frente y visitar a su madre. En el camino irá encontrándose con diferentes personas y circunstancias que le irán obstaculizando el viaje, dando cuenta del sinsentido de la guerra en que su pueblo se ha embarcado.


Me esperaba un sobrio y contenido drama bélico, denso e incluso quizá árido. Nada de eso. La película es ligerísima, en el sentido de que se ve del tirón. Muy divertida, a la vez emotiva, y con cantidad de escenas de las que se recuerdan. Tampoco hay exaltación de la guerra, del papel ruso, o de régimen alguno, como pudiera uno esperar en principio. No es que la película tenga un mensaje antibelicista explícito, pero si que nos muestra de forma “afable” algunos de los estragos de la guerra, más que en el campo de batalla, entre la población.
El periplo del protagonista le lleva a encontrarse con diferentes personas, cada una de las cuales se ha visto en algún modo afectada por la contienda. Por un lado se nos retrata el desamparo en que caen muchos, y por otro lado, y creo que lo crucial, nos muestra como en situaciones extremas, críticas, o muy difíciles y comprometidas, como una guerra, la gente cambia, enseñándonos su verdadero rostro, sacando lo mejor y peor de cada uno, y demostrando nuestra verdadera valía. Hace aflorar nuestros instintos, como nuestros verdaderos valores y sentimientos.
Los soldados no temen a los obuses ni a los alemanes, pero sienten una angustia atroz ante lo que pueda estar pasando en casa, a lo que pueda ocurrirles a sus seres queridos, y todas sus preocupaciones se centran en ellos.
Pese al tono generalmente amable del film, que no apunta a las claras una crítica contra la guerra, si que presenta esta como algo que tan solo consigue desestabilizar y separar a las personas, algo totalmente inútil y vano. Acabamos con la sensación de que todas esas personas que se cruzan de forma furtiva con Alyosha, cualquiera de las que atestan las estaciones en que se detiene, o que se cruzan con él por los caminos que transita intentando llegar a casa, todas, están tocadas por la guerra. Todos tienen algo que temer o por lo que sentir angustia, y el dolor y la congoja de todos acaba siendo uno y común entre los millones de víctimas de la contienda. Algunos como Alyosha sacan lo mejor de si e intentan paliar la suerte de los demás en la medida de lo posible, otros sufren en silencio y en el anonimato, y otros se esfuerzan por sacar tajada de forma rastrera o se regodean en su vileza, justificándose en las circunstancias.
Escenas como la de la oficina de telégrafos, o aquella en que Alyosha desde el tren rememora los momentos vividos con Shura, imaginando lo que esta sentirá y pensará, y lo que él debiera haber dicho o hecho, son espléndidas.
En resumen, recomiendo aparcar prejuicios y ver esta maravilla.

viernes, junio 08, 2007

Inocencia Salvaje

Sauvage Innocence
Dir. Philippe Garrel
Francia / Holanda 2001



Un joven director de cine busca productor que le financie su proyecto, una película en contra de las drogas. El destino hace que la única persona interesada en aportar capital sea un traficante, quien le pide realizar un trabajo para poder obtener los fondos necesarios.
Es tal la necesidad de rodar el film que tiene el director, que acaba acallando sus principios y accediendo al trato. Pero una vez dado el paso, ese mundo al que pretende atacar desde su cine se abatirá sobre él.

* Segunda incursión que hago en el cine de Garrel, y segunda impresión tremenda que me llevo. Para dar con joyas como esta merece la pena lanzarse a ver cine, por mucho que a veces nos irrite o aburra lo que vemos, y por muchas películas que pasen ante nuestros ojos sin pena ni gloria; lo cual siempre es más penoso que otra cosa.

* Como en “Les Amants Reguliers”, Garrel aborda la película de tal forma que, para el que no se deje llevar por ella, su estilo puede parecer pretencioso y su contenido intrincado. Pero nada más lejos. La película tiene la complejidad de la vida misma; aunque en el cine siempre se acabe por “rizar el rizo”.
Lo que caracteriza realmente este film es su autenticidad sangrante y su sombría visión vital, eso sí, moldeada con un tacto y elegancia infinitos. Aunque su tenebrismo visual esté más suavizado que el de la otra cinta señalada, donde era realmente impactante, sus personajes son más fúnebres, y están envueltos en un halo dominante de fatalismo. Los protagonistas están completamente embebidos en sus obsesiones y en un devenir, una realidad, que perciben errática y vana. Todos parecen tener que proyectarse en algo tan solo para aplacar la sensación de extravío y futilidad en que los ha dejado su experiencia. Deben agarrarse a algo a lo que atribuir valor o trascendencia para no ser arrastrados por no se que corriente invisible, pero que seguro no lleva a buen puerto. Fuera de su obsesión todo parece desolador. Creo que la obcecación de algunos de los personajes se transmite de forma total, estando todos muy dimensionados, y con un nivel de profundidad enorme, teniendo en cuenta la poca atención que a algunos se les presta. Como en “Les Amants Reguliers”, con economía de atención y miradas, se logra muchísimo en cuanto a la construcción de personajes se refiere.

* Vemos el arte, el amor, la dignidad,… todo aquello que mueve la vida de los personajes, enfrentado, en liza, a veces postrado, y encarado a las crueles necesidades que obligan a prostituirlo todo. Francois, que parece ver la vida como nosotros la película, en tonos grises, y algo tétrica, perdió a alguien a quien valoraba de verdad, a quien adoraba, víctima de las drogas. Su proyecto de hacer una película contra estas nace de un dolor cuya violencia se aplacó tras haberlo tiranizado completamente. Su película será un grito de rabia, diferida, lanzado por alguien que, con la persona que se le fue, perdió también parte de si mismo, y parte de la capacidad para matizar su visión del mundo. A Francois la desgracia no lo trabó del todo, pero lo vemos aún aturdido y avanzando por inercia. El tiempo le ha proporcionado cierto sosiego en el ánimo, pero no mayor perspectiva. Lo vemos errante y empecinado en un proyecto que es disfuncional desde su gestación, aún antes de entrar en contacto con el personaje de Chas. Nuestro director se ha convertido en gran parte en la propia necesidad de llevar a cabo su película, con la que pretende extirpar algo de su dolor, o al menos desahogarse. Pero ambos, director y película, caerán por el empuje dañino de su propio extravío; en otras circunstancias llegarían a la simple extenuación, pero dado el paso en falso que dispara el rodaje, yendo a parar a un verdadero infierno. Me gusta como toda la experiencia respecto al proyecto y rodaje de la película parece un símil de la experiencia con las drogas: en un estado anímico predispuesto traspasamos la frontera que nos lleva a un mundo que sabemos sórdido, caótico y despiadado, dejando al otro lado nuestros principios; pronto llegamos al éxtasis y la exaltación efímera (por fin rodamos la película), pero pronto comienza también todo a complicarse, a desintegrarse, y cuando menos lo esperamos estamos indefensos ante un mundo, el de las drogas, que solo ha venido para destruirnos, a nosotros, y todo lo que nos rodea. Las circunstancias en que finalmente Francois debe rodar su película son espantosas, de pesadilla, y espantoso ver como se le va de las manos el proyecto en que casi basaba todo su presente y su ambición, de lo poco en lo que creía y a lo que daba valor, y más porque por él acaba sacrificando su amor, su arte, sus principios, y finalmente, el ideal que de esa persona de su pasado tenía; todo lo que atesoraba valor para él.


* Muy interesante desentrañar el porque de la relación que el personaje de Lucie inicia con las drogas. Puede que simplemente las drogas se hayan lanzado sobre ella como depredadoras que son al haber entrado en su órbita; ya dijo Francois que las drogas son una plaga. Pero es más atrayente buscar las razones desde el propio personaje y su relación con su trabajo, su pareja, su estado anímico, etc. Dice un personaje que Lucie consume para meterse mejor en su papel, que es el de drogadicta, pero esto es demasiado simple. Hay que considerar su relación con Francois; la importancia que para este tiene la película; la importancia que para Lucie tiene también su trabajo de actriz; la relación entre Francois y Carole (ese fantasma de su pasado), y como esta afecta a una Lucie que entra en conocimiento de ella por casualidad; los sacrificios que ha hecho por trabajar en el film, etc. Desde una visión más trágica la oscuridad que se cierne poco a poco sobre los personajes y que va atenazándolos sería del todo insoportable. Cuando las llamas del infierno hacen su aparición matan hasta la propia película, la de Francois, y la de Garrel.

* Película donde una inocencia no circunscrita a condición personal ninguna cae bajo la salvaje plaga que son las drogas, que devoran víctimas e inocentes como una voracidad horripilante. Me parece una de las mejores películas en contra de las drogas que he visto, porque pese a atender a otros asuntos en su contenido transmite inmaculadamente la idea de que un paso en ese mundo puede suponer el caos; que todo el mundo cree tener el control, cuando nadie tenemos tal capacidad, teniendo en cuenta al enemigo, y que en definitiva, ante tal monstruo, la ingenuidad nos toca a todos, pero nos damos cuenta siempre tarde. La voracidad destructiva del mundo de las drogas expuesta como pocas veces, y sin caer en el sermón o la propaganda; realismo y honradez a raudales, junto con buen gusto al guión y tras la cámara.